jueves, 30 de diciembre de 2004

Golpe de hacha

Jesús Muñiz González
(Finalista Certamen Acumán 2004)
En cuanto abrió la puerta percibió un silencio inquietante. Fue al salón. Seguiría amodorrado en el sofá. Pero no estaba. Oyó un crujido leve a su espalda y en la pared se proyectó la sombra de un hacha en alto, amenazante. Se volvió horrorizada. Era él, con la mirada extraviada, sonriendo y ella con el sabor y olor a sexo impregnados en su piel, en los sentidos y en la ropa, adivinó que lo sabía, como si leyera en su rostro las caricias del amante, descubriendo las incontables veces que el deseo la aguijó para hacer el amor una y otra vez, vaciando las ansias de placer que él nunca despertó. El desenlace era inminente, sin tiempo para la angustia. Los recuerdos se fundieron con el trágico presente en un abrazo indefinido. La última mirada recogió una pasión desmedida en el esposo, pero en lugar de un beso ardiente, el frío acero hendió la carne, el hueso, todo su ser fluyó por la garganta en el grito destrozado en que se precipitó la mente tras el estallido de los sesos, un velo rojo lo cubrió todo, se precipitó el tiempo, el espació se hizo denso y un dolor reventado, agónico, la arrastró devastador hacia el abismo.

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