martes, 31 de marzo de 2009

La tecnología




Mercedes Martín Alfaya

(Relato seleccionado en el Certamen Algazara 2009)



El chico del mostrador me regaló una sonrisa de cine y resolvió eficiente todo el papeleo que le entregué, manejando el ordenador con destreza. En los tiempos que corren, se agradecen estos detalles ágiles que nos proporciona la tecnología y, sobre todo, el calorcito en el trato humano, pensé.
"Que tenga un buen día", añadió cortés el empleado al despedirme, con un encanto tan arrebatador que tropecé con un cable que no sé de dónde salió y se desconectaron todos los aparatos eléctricos. Al intentar pedir disculpas, me encontré que el chico yacía sin vida desparramado por la mesa, como un globo desinflado e inútil.

domingo, 29 de marzo de 2009

LA ANTESALA DE LA MUERTE




La antesala de la muerte

Mercedes Ridocci
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.(Foto: Mercedes Ridocci)
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El borboteo del oxígeno
La respiración entrecortada
Los pasos silenciosos de las enfermeras
Voces susurrantes en los pasillos
Árboles dibujándose detrás de los grandes ventanales
El sol reflejándose sobre el rostro del moribundo
La vida roza a la muerte;
mas la muerte, indiferente,
ya prepara la mortaja.

sábado, 28 de marzo de 2009

Sábado literario. La primera vez


La Primera vez (monólogo)
Ramón Alcaraz


La primera vez que... (suspiro). A uno se le queda una sonrisita cuando piensa en su primera vez.... Y, sin que lo digas, todos sabemos a qué nos estamos refiriendo. Bueno, y si hay que explicarlo, pues se explica:
—¡Ay!, la primera vez...
—La primera vez ¿que qué?
—Pues la primera vez que... eso.
—¡Ah!, eso, tú lo que quieres decir es... la primera vez...
—Pues eso.
—Sí...

Y así ya queda bien claro que nos referimos a... "la primera vez".

Cuando uno habla de la primera vez..., a esa “primera vez”, se le pone a uno como cara de idiota, pensativo, y aparece una sonrisa pícara en la cara.
La primera vez es como un mito, una leyenda, de la que nunca oímos a nadie hablar mal. Y lo más probable es que fuera un desastre. Supongo que nadie quiere hablar mal de su primera vez, porque si ya empezamos con una mancha en el historial....; pues, malo. Y además, supongo, para que nadie pueda pie a eso de que lo que mal empieza mal acaba.
Nadie se exige tanto en ninguna otra primera vez. Por ejemplo, supongamos que me presento por primera vez a unos Juegos Olímpicos, corriendo la maratón, y yo no he corrido en mi vida. Y cuando me pregunten sobre ello, respondo: ¿la primera vez que corrí maratón en la Olimpiada? Fue maravilloso,... triunfé,... los patrocinadores quedaron plenamente satisfechos. Dijeron: “si lo ha hecho así en su primera vez, no veas cuando se entrene un poco...”.

Es curioso, a los dos días de haber nacido ya hemos hecho la primera vez de casi todo; y sin embargo aún faltan casi veinte años para que llegue la primera vez de lo único que parece interesarnos el resto de nuestra vida. Tantos años sin pensar en “eso”, y luego sólo se piensa en lo mismo. Será para recuperar todos los años de retraso.

Cuando ya presentimos que se acerca la primera vez —ya sabéis, esa "primera vez"—, aparece una mezcla de euforia y ansiedad, y... nerviosismo, y uno se lo quiere contar a todo el mundo. Coges la agenda y el teléfono y comienzas por el primer nombre de la lista y acabas por el último de tus amigos. Hablas con todos. Pero todavía necesitas contarlo a más gente, así que agarras la guía de teléfonos y empiezas a leer y a marcar: comienzas por la A de Aarón Abad... y acabas en “Zurbarán, Zacarias”.
Y es que uno quiere que lo sepa todo el mundo. Porque has hecho muchas cosas la primera vez, pero como todavía no sabías hablar no se lo podías contar a nadie. Imagínate, si los bebés hablaran desde que nacieran, dirían con una sonririta de complicidad: “—Mamá, ya me hecho caca la primera vez”. “—Mamá ya me he hecho pis, la primera vez”... Pero esa, esa primera vez es la única que ya sabes hablar, y tienes que aprovecharlo.
Y uno, además necesita estar informado, Así que se nos ocurre hablar del tema con las personas que tenemos cerca,: los padres; y decidimos intentarlo primero con mamá.
—Mamá. ¿Cómo es la primera vez? ¿Qué tengo que hacer?

Y a tu madre le cambia la cara. Claro, has hecho tantas cosas la primera vez, y nunca le habías dicho nada.
—La primera vez ¿de qué?
—Pues la primera vez, que... “eso”...

Y ella te mira con una cara como de comprender, pero se le transforma en angustia a cada instante que pasa.
—Pero ¿tú no habrás...?
—Mamá, si te estoy preguntando por la primera vez es porque no sé cómo es la primera vez. Preocúpate si te pregunto por la mil noventa y ocho.

Y ella, suspira aliviada. Parece que te ha entendido y te lo va a contar todo; pero te equivocas, porque al momento te das cuenta de que no acaba de “captarlo”.
—¿Te refieres a la primera vez que conduces un coche?
—No, mamá, no es esa primera vez.
­—¿A la primera vez que usas el microondas?
—No, mamá
—¿A la primera vez que haces encaje de bolillos?...

Y tú te marchas, sin saber por qué no te entiende. ¡Si le has dado toda clase de explicaciones!... Así que el siguiente paso es abordar a tu padre y repetir la misma operación.
—¿Papá, cómo es la primera vez?
—La primera vez que qué.
—Pues la primera vez que... eso...
—Pero tú no....
—Que no, no ves que no me entero y te estoy preguntando.
—... ¿Te refieres a la primera vez que ves un musical en el teatro?
—No
—... ¿A la primera vez que cambias un neumático?...

Y tú te vas, desesperado. Con la certeza de que ellos todavía no se han estrenado y que a ti te adoptaron. ¿Por qué les cuesta tanto trabajo hablar del tema? Si tú ya estabas por allí cuando te engendraron, aunque fueras de tamaño microscópico.

La verdad es que ha llegado el momento y , lejos de tener algo claro, acabas completamente desinformado. A cada uno le fue tal y como lo cuenta, y siempre con esa sonrisita en los labios... como si fuera la gran maravilla. Quizá por eso esperamos tanto de la primera vez.... Y como esperamos tanto, todo es exagerado en la primera vez. Vamos a la farmacia y preguntamos con preocupación:
—Pero cómo... ¿no hay cajas con más de 24 preservativos?

Porque uno espera mucho de esa primera vez. Así que te llevas dos cajas de 24, por si acaso una no basta. Uno se ha hecho tantas ilusiones con la "primera vez"; uno tiene tantas ganas la "primera vez"...

Y después te alegras de haber comprado dos cajas, porque es verdad que casi no te bastan; entre los que temes haber roto al sacarlos del envoltorio, los te has intentado poner al revés, los que has tocado con las manos y no vaya a ser que... Y bueno, al final todo ha sido un desastre. Y ya no sabes si esa vez vale como primera vez o ha sido un ensayo general.

Lo que en realidad sí va un poco mejor es la segunda vez, la cuarta o la décima; porque uno deja de estar nervioso por la presión y ya le va “cogiendo” práctica. Y estaría bien que cuando nos preguntaran por la primera vez, nosotros respondiéramos:
-¡Huy!, no, la primera vez fatal, pero la trigesimotercera fue maravillosa. ¡Bueno, y la doscientos catorce ni te cuento!...

Pero no. Sólo queremos acordarnos, siempre con la sonrisa en los labios, de la primera vez...

Y si hay alguien que todavía no tiene claro a qué primera vez me refiero, pues estamos hablando de sexo. El sexo, eso que todos queremos que sea como los antibióticos: tres veces al día y sin fallar, que si no, no hace efecto; pero que acaba siendo como un resfriado: lo pillas de vez en cuando, como mucho un par de veces al año.

Y mirrad lo que os digo, lo verdaderamente preocupante no es cuando has olvidado tu primera vez; lo realmente deprimente es cuando ya no te acuerdas cuándo fue la última.
***
Puedes envontrar más relatos del Sábado literario en el blog de Ardilla roja:

viernes, 27 de marzo de 2009

Sábado literario en el árbol de Ardilla Roja


En el blog de Ardilla Roja encontraréis la lista de blogs que se apuntan al sábado literario. Esta semana el tema es "La primera vez":

jueves, 26 de marzo de 2009

La muela del Oeste


Felisa Moreno Ortega

Seleccionado Certamen Algazara 2009


Hasta ahora yo conocía las muelas de leche, las muelas del juicio, … pero hoy he podido comprobar que en la boca también hay puntos cardinales y que pueden servir para orientarnos en caso de emergencia.
Juanma viene corriendo hacia mí y me dice: “mamá, mamá, me duele la muela” yo le pregunto “cúal de ellas” y ni corto ni perezoso abre su boquita y señalándome la parte izquierda de la boca me dice, “aquí mamá, en el oeste”. Y me imagino esa muela con los calzones vaqueros, las espuelas y un par de revólveres al cinto, (de pequeña leí muchas novelas del oeste) retando a las muelas del este, mucho más elegantes y educadas, con traje negro y corbata floreada. Y es que en las pelis de vaqueros siempre era así.

Al final todo se solucionó con un pequeño "chupachú" medicinal para las llagas de la boca; bueno, más bien ese fue el inicio de otro conflicto. Paula, mi sobrina de tres años, al ver el susodicho chupón con color y sabor a fresa, decidió que le dolían todas las muelas, las del Este y las del Oeste, e inició su particular guerra para conseguir un palito rosa como el de su primo.


miércoles, 25 de marzo de 2009

Por los pelos


Juan Manuel Rodríguez de Sousa

Seleccionado Certamen Algazara 2009



Mirándose al espejo, algo había cambiado para siempre: "¡Hoy mi calva se sublevará¡". Cogió el plan de los amotinados y salió del portal de su casa a las nueve de la mañana: era la hora acordada para cambiar el curso de la Historia. Armados con maquinillas de afeitar, fueron al ayuntamiento; donde resultó fácil localizar a algunos de los calvos infiltrados. Los melenudos no se resistieron y muchos rogaron incorporarse al: "Movimiento por la Calvicie". La policía no pudo impedir que la ciudad fuese tomada. Aunaron esfuerzos para requisar auténticas maquinillas depilatorias y en días las poblaciones cercanas quedaron bajo su poder, hasta el Papado les prometió que no sólo sus monjas serían las calvas en el Vaticano. Al cabo de un año, el mundo entero cayó bajo el nuevo régimen, igualitario. Todo ello gracias al líder que emprendió la sublevación cuando, frente al espejo y un mes antes, sus pelos notaron que el bote de loción anticaída capilar se había terminado.
Blog de Juama Rodríguez de Sousa: http://rodriguezdesousa.blogspot.com/

sábado, 21 de marzo de 2009

Sábado literario. Las buenas noticias


Felicidad cotidiana

Ramón Alcaraz

Abro lo ojos y descubro un rayo de sol que entra por la ventana. Oigo una voz canturrear desde el pasillo mientras un aroma a café recién hecho despierta mis sentidos. Acaricio las sábanas y un sabor a felicidad inunda mi boca.
Siempre empiezo cada mañana con la misma buena noticia: amanece un nuevo día y sigo vivo.

Para leer más buenas noticias visita el blog de SeaSirens:

jueves, 19 de marzo de 2009

POEMA XXI. El Desván de la Memoria


EL DESVÁN DE LA MEMORIA

(A Ramón Alcaraz y todos los Desvaneros)


Ricardo Fernández Moyano



Buscas en el desván de la memoria

las luciérnagas de ojos tristes

que solían acompañar tus noches

y te hacían resucitar en soledad.

Llevas la mano a tus sienes

en un gesto aprendido, mecánico,

vuelves a sentirte ese extraño

que se ahoga en el lago de una lágrima.

El ocaso se apodera de tu mente,

ya no eres aquel náufrago

que frotaba con ardor la lámpara

en un delirio arrebatado y efímero.

Aunque tu vida no es serena

te dejas arrastrar por un momento

al territorio de la pérdida

en un impulso por sobrevivir.


(Del libro inédito Rituales de identidad)


Visita el blog del autor y deja en él tus comentarios:
http://lavozenlamemoria.blogspot.com/2009/03/poema-xxi.html

miércoles, 18 de marzo de 2009

Toilette de sábado




Toilette de Sábado
Luz García


Hoy me arreglé para ti, amor mío,
doré al sol mis mejores frases
que soltaré rodando, dulcemente,
sobre tu página en blanco.

Recorté las puntas de mis reproches
para que no hieran tus labios
cuando me susurres, sobre la nuca,
nuestros pronombres.

Lavé los sustantivos y se secaron
al calor de las sucias frases que guardé,
nuestra última noche, en el recuerdo;
algunas se rizaron, mimosas,
como zarcillos contra los adjetivos
de tu boca.

Esmalté de rojo vivo los verbos
que compartimos: tocar
sentir, morder, lamer, juntar...
y se estiraron sensuales bajo el pincel,
ganando proporción y ritmo a cada capa.

Depilé mis erres, que no te raspen
al recibirte, y vertí aceite, almizcle y espuma
sobre la piel erizada de mis conjunciones.

Mientras llegas ansío nerviosa este presente;
sabiendo que el futuro es un dramático imperfecto.
Y que sólo es posible la excelencia en la nostalgia blanda
del pasado.


Visita el blog de la autora y deja en él tus comentarios:

De mayor...


Silvia Agorreta
(Relato seleccionado en el Certamen Algazara 2009)


Me preguntas qué quiero ser de mayor…
Pues quiero ser mi abuela Claudia. Una mujer afanosa y afable; transmisora de unos valores positivos y honestos a pesar de lo que le tocó vivir y lo que le hicieron sufrir. Una luz que a todos iluminaba aun en los momentos de sombras.
Una mujer templada. Una mujer sincera para todo y con todos. Una mujer generosa con lo material y con lo inmaterial. Una mujer alegre y que alegraba. Una mujer de su época, del siglo pasado y de éste.
Una mujer inigualable, así que siempre la tendré como ejemplo para intentar ser mejor.
.
..
(Óleo de Ángel Lemos:



martes, 17 de marzo de 2009

El hallazgo de Juanito



José Manuel Aparicio

(Relato seleccionado en el Certamen Algazara 2009)


Juanito pasó la mañana leyendo y por la tarde fue al campo a pasear. Regresaba ya a casa con las últimas luces del día cuando, entre unos árboles, tropezó con una caja.

¡Menuda decepción al comprobar que se trataba de un teléfono móvil de última generación!

¡El que todo el mundo quería tener!
Juanito era sordomudo..
.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Buenos Días, de Alicia González




Buenos Días es la primera novela de Alicia González. Con ella ganó el Certamen Princesa Galiana 2008, cuya entrega y presentación se hizo el pasado 8 de marzo de 2009.

Quien esté interesado en un ejemplar de la obra, lo puede solicitar al Excmo. Ayuntamiento de Toledo, que se lo remitirá gratuitamente. El teléfono de la centralita es 925 26 97 00 (Concejalía de la Mujer e Igualdad)

Esta es la primera novela editada en 2009 que añadimos a la Biblioteca del Desván. Esperamos que pronto se incorporen algunas más.











lunes, 9 de marzo de 2009

Premio Palabras como Rosas



Teresa Cameselle (http://teresacameselle.blogspot.com/) ha elegido nuestro blog para concederle este premio, del que copio la descripción que ella misma ha incluido:
El premio ha sido creado para agasajar a todos aquellos blogs y autores que hacen día a día su especial aporte a la cultura de la palabra escrita. Palabras como puentes, como duendes, como escarcha, como rayos. Palabras como rosas.
Las normas son simples:
-Debe otorgarse a blogs que se consideren gestores de la palabra en todas sus formas.
-Debe mostrarse y compartirse incluyendo el link de quien lo entregó, y no olvidar avisar a quienes les sea concedido.
Y ahora es este blog quien tiene que concederlo. Todos los blogs de los desvaneros, de nuestros vecinos y amigos se lo merecen, pero voy a elegir a los blogs recién estrenados o que residen desde hace poco en el barrio del Desván, para que les sirva de motivación y que el premio permita darlos a conocer un poco mejor:

1.- Luz. Cuaderno de sábado: http://cadernodesabado.blogspot.com/

2.- Susana. Palabras mágicas: http://palabrasmagicasdesusana.blogspot.com/


4.- Lourdes. Ausencias: http://ajedrezdamass.blogspot.com/





5.- Chu. Amanece en la Isla: http://mjcampos.blogspot.com/

sábado, 7 de marzo de 2009

Sábado literario: Me acuerdo



Sospecha infantil
(Ramón Alcaraz)

Yo era un niño y me costaba entenderlo. En el colegio estudiábamos dos clases de mapas: el físico y el político. Los mapas físicos eran del color de la piel de la tierra, del agua y de las selvas. Apetecía meterse dentro de un bosque; buscar entre la maleza o bañarse en un lago cristalino; subir y bajar los montes hasta llegar al delta de un río que se ofrecía inmenso y prodigioso. Sin embargo, los mapas políticos eran de colores monótonos y aburridos. En ellos no había montañas ni valles ni pantanos; sólo eran enormes extensiones de tono uniforme, cerrados con enormes trazos gruesos que representaban fronteras inexpugnables.
Aquellos enormes muros de tinta confundían a la razón y recluían a la humanidad en parcelas de sus propias vanidades.
Empecé a pensar que lo político ocultaba la verdad y sentí desconfianza. Quise ser ciudadano del mundo, habitante de un planeta que se pinta a sí mismo con el color de la naturaleza. Un ciudadano del mundo no distingue qué agua ni qué tierra ni qué cielo; un ciudadano del mundo no sabe de fronteras.

jueves, 5 de marzo de 2009

8 de Marzo. Toledo. Entrega del premio Certamen Galiana de novela



Desde este blog, Alicia Gónzalez os invita a asistir a la entrega de su reciéntemente obtenido Primer Premio en el Certamen Galiana, que coincidirá con la presentación de su novela: "Buenos Días".
Se celebrarán diversos actos el próximo domingo 8 de marzo. A la 18:30, en la plaza del Ayuntamiento de Toledo, y a partir de las 19:30 en la sala capitular del Consistorio.
Os esperamos a todos los que queráis acompañarnos.

lunes, 2 de marzo de 2009

ACACIA Y EL VIENTO de Mercedes Martín



Mercedes Martín Alfaya

(2º Premio Certamen
"Contando en Igualdad" 2008)

Había una vez una arbolita a la que le gustaba el aire, el sol, las nubes y hablar con sus amigos. La arbolita era pequeña y se llamaba Acacia.
—Cuando sea mayor, llegaré hasta el cielo con mis ramas y daré sombrita y reposo a los niños y las niñas que se acerquen a mí —contaba Acacia a las libélulas y a los pájaros, mientras la lluvia limpiaba sus hojas.
Aquel invierno, las nubes trajeron copitos blancos para alfombrar el bosque.
—Señor gorrión, señora gorriona, aquí pueden instalarse —decía nuestra arbolita mostrándole algunas de sus ramas en las que no había nieve.
Al llegar la primavera, florecieron los campos y los pajarillos habían sobrevivido al frío gracias a la generosidad de Acacia.

Un día, a la hora de la siesta, cuando los pinos se miran en el río y los sapos duermen en las charcas, Acacia habló con un árbol que dijo llamarse Robledo. El árbol saludó a la arbolita y le preguntó si quería ser su amiga.
—Claro que sí —contestó ella risueña—. ¿Cuántos años tienes?
—Once —dijo Robledo —, ¿y tú?
—Yo tengo diez, pero sé contar historias.
—Ah, qué bien —contestó el árbol. Y jugaron a mover las ramas para saludar a los aviones.
Con el tiempo, Acacia y Robledo crecieron, se hicieron novios y se casaron. Pero ocurrió que, al poco tiempo, Robledo desplegó todas sus ramas sobre ella.
—¿Qué haces, Robledo? No veo nada.
Robledo le dijo que a partir de ese momento él cuidaría de ella y la protegería de los pájaros, de la nieve y de todo lo que pudiera molestarla.
—Pero..., yo no necesito que me protejas. Si me cubres con tus ramas, no podré ver el sol, ni me llegará el aire, ni podré conversar con las nubes; me quedaré triste y dejaré de florecer… —se quejó nuestra arbolita.
Sin embargo, Robledo no le hizo caso, incluso añadió:
—Yo te soplaré cuando quieras aire y te calentaré cuando necesites sol.
Y así fue como Acacia se quedó prisionera entre las enormes ramas con las que Robledo la envolvió.
De vez en cuando, entre las hojas, se colaba un rayito de sol y ella asomaba los ojillos para saludarlo. Robledo enseguida plegaba bien las hojas y todo volvía a la oscuridad.
Y ocurrió que como Acacia no podía crecer hacia arriba, comenzó a crecer hacia abajo. Extendió sus raíces en las profundidades y buscó aguas subterráneas y terrenos blanditos por los que moverse. Allí abajo no había sol, ni nubes, ni pájaros. Sin embargo, también existían lugares preciosos que descubrir y manantiales ocultos de agua fresquita y transparente que la ayudaron a sobrevivir.
El viento, que va recorriendo el bosque para limpiar las hojas secas de los árboles, enseguida se dio cuenta de lo que ocurría.
—Oye, Robledo, ¿por qué no te apartas un poco y dejas que Acacia disfrute y crezca igual que tú? —dijo el viento.
Pero Robledo no hizo caso y siguió tapando a su mujer sin dejarla apenas respirar.
El viento, entonces, se enfadó tanto que comenzó a soplar.
Fsssssssss. Fusssssssss. Uuuuuuuussss
Y sopló…
Y sopló…
Y sopló tan fuerte que todos los árboles que no estaban bien agarrados al suelo salieron volando; entre ellos Robledo, cuyas raíces apenas tocaban la tierra.

Acacia se había quedado tan pequeña y escuchimizada, que más que una arbolita parecía un arbusto. Sin embargo, sus raíces eran tan profundas que la mantuvieron en tierra a pesar del vendaval.
De Robledo, se sabe que fue dando tumbos por los campos hasta perder todas sus ramas, y que un leñador lo descubrió junto al río y se lo llevó a casa por si necesitaba leña para el fuego.
Aquel verano, Acacia volvió a ver el sol y sus ramas lucían tan fuertes que todos los pájaros querían colocar allí sus nidos. Y así fue como el viento liberó a nuestra arbolita de Robledo, un árbol cabezota, que no comprendía que los arbolitos y las arbolitas deben crecer juntos pero respetando el espacio y las necesidades de cada uno. Ahora, Acacia se ha convertido en una arbolita preciosa, que se pasa el día contando historias a las nubes, para que las guarden en sus maletas viajeras y las lleven a otros lugares donde haya niños y niñas a las que les gusten los cuentos.
Si alguna vez escuchas rugir al viento, no te asustes, seguro que está enfadado porque algún árbol, como Robledo, se empeña en adueñarse de otro y no le deja crecer.


***

Mira aquí el vídeo de la entrega de premios:

http://www.madrid.org/cs/Satellite?alias=1142531144766&c=Page&cid=1203409218998&language=es&op2=1203409068655&pagename=ComunidadMadrid%2FEstructura&pid=1109265463020&pv=Mujer&sc=6

José Borrego, Mercedes Martín y Daniel Blanco ganan el XI Concurso 'Contando en Igualdad'
La Consejería de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid hizo público en su web el fallo del XI Concurso de Cuento Infantil 'Contando en Igualdad', que en esta edición de 2008 se convocaba bajo el título de "Emilia Pardo Bazán". Los cuentos premiados han sido los siguientes:· José Borrego Ojeda con 'Un día en las carreras' - Primer premio (7.000 euros).· Mercedes Martín Alfaya con 'Acacia y el viento' - Segundo premio (3.500 euros).· Daniel Blanco Parra con 'El Príncipe Horeb y el gran viaje' - Tercer premio (1.800 euros).El objetivo del certamen 'Contando en Igualdad' es promover la creación de una literatura para niños y niñas que contribuya a acelerar el cambio en la mentalidad social y ayudar a eliminar prejuicios y estereotipos de género, lo que permitirá consolidar valores culturales de igualdad.

Lee más sobre este premio: