La Primera vez (monólogo)
Ramón Alcaraz
La primera vez que... (suspiro). A uno se le queda una sonrisita cuando piensa en su primera vez.... Y, sin que lo digas, todos sabemos a qué nos estamos refiriendo. Bueno, y si hay que explicarlo, pues se explica:
—¡Ay!, la primera vez...
—La primera vez ¿que qué?
—Pues la primera vez que... eso.
—¡Ah!, eso, tú lo que quieres decir es... la primera vez...
—Pues eso.
—Sí...
Y así ya queda bien claro que nos referimos a... "la primera vez".
Cuando uno habla de la primera vez..., a esa “primera vez”, se le pone a uno como cara de idiota, pensativo, y aparece una sonrisa pícara en la cara.
La primera vez es como un mito, una leyenda, de la que nunca oímos a nadie hablar mal. Y lo más probable es que fuera un desastre. Supongo que nadie quiere hablar mal de su primera vez, porque si ya empezamos con una mancha en el historial....; pues, malo. Y además, supongo, para que nadie pueda pie a eso de que lo que mal empieza mal acaba.
Nadie se exige tanto en ninguna otra primera vez. Por ejemplo, supongamos que me presento por primera vez a unos Juegos Olímpicos, corriendo la maratón, y yo no he corrido en mi vida. Y cuando me pregunten sobre ello, respondo: ¿la primera vez que corrí maratón en la Olimpiada? Fue maravilloso,... triunfé,... los patrocinadores quedaron plenamente satisfechos. Dijeron: “si lo ha hecho así en su primera vez, no veas cuando se entrene un poco...”.
Es curioso, a los dos días de haber nacido ya hemos hecho la primera vez de casi todo; y sin embargo aún faltan casi veinte años para que llegue la primera vez de lo único que parece interesarnos el resto de nuestra vida. Tantos años sin pensar en “eso”, y luego sólo se piensa en lo mismo. Será para recuperar todos los años de retraso.
Cuando ya presentimos que se acerca la primera vez —ya sabéis, esa "primera vez"—, aparece una mezcla de euforia y ansiedad, y... nerviosismo, y uno se lo quiere contar a todo el mundo. Coges la agenda y el teléfono y comienzas por el primer nombre de la lista y acabas por el último de tus amigos. Hablas con todos. Pero todavía necesitas contarlo a más gente, así que agarras la guía de teléfonos y empiezas a leer y a marcar: comienzas por la A de Aarón Abad... y acabas en “Zurbarán, Zacarias”.
Y es que uno quiere que lo sepa todo el mundo. Porque has hecho muchas cosas la primera vez, pero como todavía no sabías hablar no se lo podías contar a nadie. Imagínate, si los bebés hablaran desde que nacieran, dirían con una sonririta de complicidad: “—Mamá, ya me hecho caca la primera vez”. “—Mamá ya me he hecho pis, la primera vez”... Pero esa, esa primera vez es la única que ya sabes hablar, y tienes que aprovecharlo.
Y uno, además necesita estar informado, Así que se nos ocurre hablar del tema con las personas que tenemos cerca,: los padres; y decidimos intentarlo primero con mamá.
—Mamá. ¿Cómo es la primera vez? ¿Qué tengo que hacer?
Y a tu madre le cambia la cara. Claro, has hecho tantas cosas la primera vez, y nunca le habías dicho nada.
—La primera vez ¿de qué?
—Pues la primera vez, que... “eso”...
Y ella te mira con una cara como de comprender, pero se le transforma en angustia a cada instante que pasa.
—Pero ¿tú no habrás...?
—Mamá, si te estoy preguntando por la primera vez es porque no sé cómo es la primera vez. Preocúpate si te pregunto por la mil noventa y ocho.
Y ella, suspira aliviada. Parece que te ha entendido y te lo va a contar todo; pero te equivocas, porque al momento te das cuenta de que no acaba de “captarlo”.
—¿Te refieres a la primera vez que conduces un coche?
—No, mamá, no es esa primera vez.
—¿A la primera vez que usas el microondas?
—No, mamá
—¿A la primera vez que haces encaje de bolillos?...
Y tú te marchas, sin saber por qué no te entiende. ¡Si le has dado toda clase de explicaciones!... Así que el siguiente paso es abordar a tu padre y repetir la misma operación.
—¿Papá, cómo es la primera vez?
—La primera vez que qué.
—Pues la primera vez que... eso...
—Pero tú no....
—Que no, no ves que no me entero y te estoy preguntando.
—... ¿Te refieres a la primera vez que ves un musical en el teatro?
—No
—... ¿A la primera vez que cambias un neumático?...
Y tú te vas, desesperado. Con la certeza de que ellos todavía no se han estrenado y que a ti te adoptaron. ¿Por qué les cuesta tanto trabajo hablar del tema? Si tú ya estabas por allí cuando te engendraron, aunque fueras de tamaño microscópico.
La verdad es que ha llegado el momento y , lejos de tener algo claro, acabas completamente desinformado. A cada uno le fue tal y como lo cuenta, y siempre con esa sonrisita en los labios... como si fuera la gran maravilla. Quizá por eso esperamos tanto de la primera vez.... Y como esperamos tanto, todo es exagerado en la primera vez. Vamos a la farmacia y preguntamos con preocupación:
—Pero cómo... ¿no hay cajas con más de 24 preservativos?
Porque uno espera mucho de esa primera vez. Así que te llevas dos cajas de 24, por si acaso una no basta. Uno se ha hecho tantas ilusiones con la "primera vez"; uno tiene tantas ganas la "primera vez"...
Y después te alegras de haber comprado dos cajas, porque es verdad que casi no te bastan; entre los que temes haber roto al sacarlos del envoltorio, los te has intentado poner al revés, los que has tocado con las manos y no vaya a ser que... Y bueno, al final todo ha sido un desastre. Y ya no sabes si esa vez vale como primera vez o ha sido un ensayo general.
Lo que en realidad sí va un poco mejor es la segunda vez, la cuarta o la décima; porque uno deja de estar nervioso por la presión y ya le va “cogiendo” práctica. Y estaría bien que cuando nos preguntaran por la primera vez, nosotros respondiéramos:
-¡Huy!, no, la primera vez fatal, pero la trigesimotercera fue maravillosa. ¡Bueno, y la doscientos catorce ni te cuento!...
Pero no. Sólo queremos acordarnos, siempre con la sonrisa en los labios, de la primera vez...
Y si hay alguien que todavía no tiene claro a qué primera vez me refiero, pues estamos hablando de sexo. El sexo, eso que todos queremos que sea como los antibióticos: tres veces al día y sin fallar, que si no, no hace efecto; pero que acaba siendo como un resfriado: lo pillas de vez en cuando, como mucho un par de veces al año.
Y mirrad lo que os digo, lo verdaderamente preocupante no es cuando has olvidado tu primera vez; lo realmente deprimente es cuando ya no te acuerdas cuándo fue la última.
—¡Ay!, la primera vez...
—La primera vez ¿que qué?
—Pues la primera vez que... eso.
—¡Ah!, eso, tú lo que quieres decir es... la primera vez...
—Pues eso.
—Sí...
Y así ya queda bien claro que nos referimos a... "la primera vez".
Cuando uno habla de la primera vez..., a esa “primera vez”, se le pone a uno como cara de idiota, pensativo, y aparece una sonrisa pícara en la cara.
La primera vez es como un mito, una leyenda, de la que nunca oímos a nadie hablar mal. Y lo más probable es que fuera un desastre. Supongo que nadie quiere hablar mal de su primera vez, porque si ya empezamos con una mancha en el historial....; pues, malo. Y además, supongo, para que nadie pueda pie a eso de que lo que mal empieza mal acaba.
Nadie se exige tanto en ninguna otra primera vez. Por ejemplo, supongamos que me presento por primera vez a unos Juegos Olímpicos, corriendo la maratón, y yo no he corrido en mi vida. Y cuando me pregunten sobre ello, respondo: ¿la primera vez que corrí maratón en la Olimpiada? Fue maravilloso,... triunfé,... los patrocinadores quedaron plenamente satisfechos. Dijeron: “si lo ha hecho así en su primera vez, no veas cuando se entrene un poco...”.
Es curioso, a los dos días de haber nacido ya hemos hecho la primera vez de casi todo; y sin embargo aún faltan casi veinte años para que llegue la primera vez de lo único que parece interesarnos el resto de nuestra vida. Tantos años sin pensar en “eso”, y luego sólo se piensa en lo mismo. Será para recuperar todos los años de retraso.
Cuando ya presentimos que se acerca la primera vez —ya sabéis, esa "primera vez"—, aparece una mezcla de euforia y ansiedad, y... nerviosismo, y uno se lo quiere contar a todo el mundo. Coges la agenda y el teléfono y comienzas por el primer nombre de la lista y acabas por el último de tus amigos. Hablas con todos. Pero todavía necesitas contarlo a más gente, así que agarras la guía de teléfonos y empiezas a leer y a marcar: comienzas por la A de Aarón Abad... y acabas en “Zurbarán, Zacarias”.
Y es que uno quiere que lo sepa todo el mundo. Porque has hecho muchas cosas la primera vez, pero como todavía no sabías hablar no se lo podías contar a nadie. Imagínate, si los bebés hablaran desde que nacieran, dirían con una sonririta de complicidad: “—Mamá, ya me hecho caca la primera vez”. “—Mamá ya me he hecho pis, la primera vez”... Pero esa, esa primera vez es la única que ya sabes hablar, y tienes que aprovecharlo.
Y uno, además necesita estar informado, Así que se nos ocurre hablar del tema con las personas que tenemos cerca,: los padres; y decidimos intentarlo primero con mamá.
—Mamá. ¿Cómo es la primera vez? ¿Qué tengo que hacer?
Y a tu madre le cambia la cara. Claro, has hecho tantas cosas la primera vez, y nunca le habías dicho nada.
—La primera vez ¿de qué?
—Pues la primera vez, que... “eso”...
Y ella te mira con una cara como de comprender, pero se le transforma en angustia a cada instante que pasa.
—Pero ¿tú no habrás...?
—Mamá, si te estoy preguntando por la primera vez es porque no sé cómo es la primera vez. Preocúpate si te pregunto por la mil noventa y ocho.
Y ella, suspira aliviada. Parece que te ha entendido y te lo va a contar todo; pero te equivocas, porque al momento te das cuenta de que no acaba de “captarlo”.
—¿Te refieres a la primera vez que conduces un coche?
—No, mamá, no es esa primera vez.
—¿A la primera vez que usas el microondas?
—No, mamá
—¿A la primera vez que haces encaje de bolillos?...
Y tú te marchas, sin saber por qué no te entiende. ¡Si le has dado toda clase de explicaciones!... Así que el siguiente paso es abordar a tu padre y repetir la misma operación.
—¿Papá, cómo es la primera vez?
—La primera vez que qué.
—Pues la primera vez que... eso...
—Pero tú no....
—Que no, no ves que no me entero y te estoy preguntando.
—... ¿Te refieres a la primera vez que ves un musical en el teatro?
—No
—... ¿A la primera vez que cambias un neumático?...
Y tú te vas, desesperado. Con la certeza de que ellos todavía no se han estrenado y que a ti te adoptaron. ¿Por qué les cuesta tanto trabajo hablar del tema? Si tú ya estabas por allí cuando te engendraron, aunque fueras de tamaño microscópico.
La verdad es que ha llegado el momento y , lejos de tener algo claro, acabas completamente desinformado. A cada uno le fue tal y como lo cuenta, y siempre con esa sonrisita en los labios... como si fuera la gran maravilla. Quizá por eso esperamos tanto de la primera vez.... Y como esperamos tanto, todo es exagerado en la primera vez. Vamos a la farmacia y preguntamos con preocupación:
—Pero cómo... ¿no hay cajas con más de 24 preservativos?
Porque uno espera mucho de esa primera vez. Así que te llevas dos cajas de 24, por si acaso una no basta. Uno se ha hecho tantas ilusiones con la "primera vez"; uno tiene tantas ganas la "primera vez"...
Y después te alegras de haber comprado dos cajas, porque es verdad que casi no te bastan; entre los que temes haber roto al sacarlos del envoltorio, los te has intentado poner al revés, los que has tocado con las manos y no vaya a ser que... Y bueno, al final todo ha sido un desastre. Y ya no sabes si esa vez vale como primera vez o ha sido un ensayo general.
Lo que en realidad sí va un poco mejor es la segunda vez, la cuarta o la décima; porque uno deja de estar nervioso por la presión y ya le va “cogiendo” práctica. Y estaría bien que cuando nos preguntaran por la primera vez, nosotros respondiéramos:
-¡Huy!, no, la primera vez fatal, pero la trigesimotercera fue maravillosa. ¡Bueno, y la doscientos catorce ni te cuento!...
Pero no. Sólo queremos acordarnos, siempre con la sonrisa en los labios, de la primera vez...
Y si hay alguien que todavía no tiene claro a qué primera vez me refiero, pues estamos hablando de sexo. El sexo, eso que todos queremos que sea como los antibióticos: tres veces al día y sin fallar, que si no, no hace efecto; pero que acaba siendo como un resfriado: lo pillas de vez en cuando, como mucho un par de veces al año.
Y mirrad lo que os digo, lo verdaderamente preocupante no es cuando has olvidado tu primera vez; lo realmente deprimente es cuando ya no te acuerdas cuándo fue la última.
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34 comentarios:
Clap, clap, clap. Me reí del principio al final. Este texto está genial! Que agregar si lo dijiste todo ...
Mi primera vez no fué una buena experiencia, creo que solo la recuerdo por haber sido la primera, antes me enojaba al recordarla, ahora me da hasta cierta ternura. Yo era solo una chica asustada en ese momento.
Querido Ramon, nos pusiste la tapa con tu relato, chapeau.
Un abrazo enorme
Para ser la primera vez que te leo un relato sobre tu "primera vez", no ha estado mal. Sobre todo el símil con esos Juegos Olímpicos, corriendo la maratón...
Unas buenas risas llevo hoy, gracias a ti.
Un abrazo.
Maat
Ramón,
Hasta que no hablaste de preservativos, no me di cuenta de que re referias al sexo (jeje, es broma).
Sabes, a veces somos tan novatos, ¿como se te ocurrió comprarte dos cajas de 24 muchacho?, pero que te pensabas, ¿que eran como las palomitas? jeje.
Vaya si los hubieses gastado todos en la primera vez, hubieras saldo en el libro de los guinnes ese.
Es cierto que existen tantas "primeras veces", a las que nos exponemos sin tener conocimientos "avanzados" sobre el tema...
Pero eso es la vida. Aprender de la primera y de la enésima vez.
Un relato muy acertado profe.
dos cajas de 24 abrazos
Nadie lo habría explicado mejor. Un relato divertido, que aunque te imaginas de que va, tienes duda hasta el final, por eso de la madre y el padre. Me lo he pasado muy bien leyéndolo.
Un abrazp
Muy buen relato y cuanta razón tienes Ramón. El sexo es algo importantísimo pero nuestros padres siempre hablan de él con reparos, con demasiado tabú. Ciertamente parece importarnos demasiado esa primera vez como si tuviera que ser mágica y la realidad es que es siempre desastrosa a no ser que para tu pareja no sea la primera vez y sepa conducirte en la materia.
Estoy de acuerdo contigo en que lo preocupante es si no recordamos la última vez porque el sexo tendría que tener prescripción médica, tres veces al dia, jeje.
Si tienes un momento pásate por mi blog y te lees mi post sobre el sexo que colgué esta semana y ya me dirás...
Un abrazo bloggero.
Genial, un monólogo genial, estaba imaginándome tú relato escenificado y me partía de risa, creo que sería una pasada.
un saludo profe.
oye paco y no hubiera sido mas facil para tus padres, irles con todas las palabras, vamos preguntarles por la primera vez que hicieron el amor, para que no se fueran por las ramas, más que nada porque antaño era un poco complicado hablar con los padres de este tema. La verdad es que ha sido tremendamente original, me ha gustado mucho.. sigue con ese sentido del humor qeu traspasa tus lineas y espero no hayas olvidado la ultima vez que lo hiciste... porque eso si es tremendamente malo
Tomar conciencia es la razón por la que queremos saber el principio de las cosas, al tomar firme reconocimiento de nuetra existencia todo se torna en sentido para nosotros, cada instante está justifcado ya que la razón la plasma en nuetra mente.
El ser humano, ansiosa pregunta existencial, "el huevo o la gallina?"
Cuando a través de tus sentidos palpables,repercuten directamente en tu conocimiento de vida, los quieres o necesitas darles la prioridad que merece, para seguir adelante uno necesita irrefrenablemente, un "resert", del que se aplica el analisis subconsciente de lo ha sido tu vida, la abordas por historias con su principio.
Retrospectivamente, tu vida es un principio.
Besos
Muy bueno.Realmente precioso.La traca final ha sido muy buena. Un saludo.
Hola Ramón
Excelente trabajo y es que en algo se ha de notar quién es el profe.
Dice el refranero popular, que quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. De momento yo estoy en la mejor rama.
Has sido muy generoso con tu aportación. Muchas gracias.
Un abrazo
jejejjee...excelente!...deliciosa manera de meterte en un tema que nos hace poner un poquito rojo d evergüenza a todos y que, a medida que pasan los años, nos llena quizás más de ternura al recordarlo. Me ha encantado tu relato y felicito a la amiga Ardilla por esta idea que nos ha juntado.
Te felicito.
Una forma estelar de explicar la primera vez.. pero lo mejor de todo ha sido.. no recordar la última vez..
Como siempre extraordinario Profesor.
Feliz fin de semana
No es infrecuente que la primera vez pueda decepcionar porque se tienen expectativas muy altas. Se espera sentir aquello que se ha visto o leído en el cine o en televisión y en la mayoria de los casos no suele ser así. Sin embargo, la experiencia y una buena comunicación ayudan a mejorar la satisfacción en el futuro.Lo más aconsejable, sin duda, es que los padres transmitan una adecuada educación sexual para que esta primera vez sea una experiencia natural y satisfactoria. Muy buena tu primera vez. Un saludo.
Yo he estado a punto de contaros, no mi primera vez que me hubiera dado mucho apuro, sino la primera vez que me preguntó mi hijo con 4 añitos, si yo sabia lo que era "joder", (asi de clarito).
Me quedé de piedra.
Y le contesté:¿que tu lo sabes?
Y me dijo:
Si, mamá, joder es no tener cosa.
Y yo ¿como no tener cosa?
Y él, si mira, tu tienes una cosa y llega un mayorote y te la quita ¿no? pues te jodes.
No se me olvidará en la vida.
Pero por si acaso estoy escribiendo todas las anecdotas que recuerdo, de cuando eran pequeños.Son geniales.
Besos Ramon
HOLA¡¡¡ VENGO A LEERTE, DESDE ARDILLITA, TAMBIEN PARTICIPE POR PRIMERA VEZ DESDE UNO DE MIS BLOG, PERO LO MIO ES MAS HUMILDE JEJEJ
ES VERDAD, LA FRASE FINAL, LO PEOR ES NO RECORDAR CUAL FUE LA ULTIMA , TAL CUAL¡¡
UN ABRAZO HASTA OTRO ENCUENTRO, ME GUSTO LEERTE
En defensa de los que no nos acordamos de la última vez, téngase en cuenta que por no sé cuántas enzimas que nuestro cerebro a partir de ciertas edades ya no produce en no sé qué lugar del cerebro, nos es más fácil recordar lo que pasó hace unas décadas que lo que ocurrió el sabadete pasado... A lo mejor fue un sueño, pero algo de consuelo sí que es aunque sea solo para tontos (por lo del 'mal de muchos,...').
Con una sonrisa.
Un relato super divertido, me he reido un montón, a mí ni se me pasó por la cabeza preguntar a mis padres sobre el tema en cuestión menos mal que ahora intentamos remediarlo con nuestros hijos.
Un saludo
Lo que me he reído... Me imagino esta historia en el club de la comedia.
Genial.
Buenísimo, creo que vas a ser mi diez al menos en risa, porque me ha entrado hasta hipo.
Un abrazote
jejeje, pedazo de monólogo, digno para las mejores salas,jajaja. Además cierto al cien por cien. Muy mitificada esa primera escena. Yo me quedé enganchado y todo de la espalda, un recuerdo doloroso,jeje
Un saludo, y encantado de pasar por aqui.
Está muy bien, mágnificamente detallado y narrado, pero no nos has contado como fue(sí, mal, pero eso lo sabemos todos), jajaja.
Magnífico. Enhorabuena, no ya por la primera vez, sino por las felices continuaciones.
Saludos
Muy muy detallado. Y curiosamente ante tanta explicación parece que nadie comprende.
Muy bueno, muy acertado y sobre todo la última reflexión ha sido digno de fuegos artificiales.
Un fuerte abrazo.
Bueno Ramón...jeje, esa primera vez, siempre se recuerda, pero también casi siempre mejor no recordarla...
Con los años, la vida...las cosas cambian. Un buen recuerdo!
Besos de ojos pillines!!
sencillamente MAGNIFICO el relato de tu "mancha en el historial". Cada párrafo es disfrutable (más que esa primera vez seguramente) y el remate final (no acordarse de cuando fue la última vez) un conjuro: QUE NO NOS PASE!!! por lo menos muy seguido, jajaj Fue un placer leerte, esta que es mi primera vez que te leo, creo, asi que volveré porque las siguientes seguro (por lo que dices) va a ser mucho mejor. (P.D. te referías a la primera vez que te leemos no?....jajaj) besos
jajjajajaa. ¡Cuánto me he reído! En fin, magnífico texto y también los comentarios merecen un aplauso. Sobre todo el de Dorotea, jajaja, qué lista es esta chiquilla. Sí, Dorotea, fue un sueño... jaja
Un abrazo,
Juanma
¡Ja ja ja! Es la primera vez que... leo un texto completo sin poder evitar sonreir todo el tiempo.
Muy bueno, Ramón.
Un abrazo.
José Manuel.
Muchas gracias a todos por vuestras palabras sobre mi monólogo.
Me alegra saber que os he hecho reír al menos un poquito, que nunca viene mal.
Yo también he disfrutado con vuestros comentarios, tan ingeniosos y entusiastas.
Un abrazo,
Ramón
Bueno, he llegado tarde, como siempre.
La primera vez, ¿ no lo descrubrimos solit@s ?. El sexo a placer con uno mismo y después
¿ vienen las compañias ?.... Vamos, yo pregunto.
Es que todavía soy muy pequeña.
Encantador, Ramón.
Aunque un poco tarde, me sumo a los comentarios. Para la primera vez aconsejo que os busquéis una experimentada pareja, que os guste, pero nada de amor,de momento.Para las últimas...es más difícil elegir dependiendo de la edad. Menos mal que mi memoria aún funciona.
Un relato divertido, ingenioso y refrescante.
Un abrazo
Gracias Lourdes y Lola.
La verdad es que lo de la primera vez "a solas" no es algo que se recuerde con nitidez, supongo que se trata apenas de una sensación íntima que queda difusa en el tiempo, y que se va experimentando poco a poco sin que sea una primera vez definida. Incluso es cierto que esa primera vez debe ser cuando somos muy, muy niños y apenas tenemos consciencia de lo que hacemos, cuando ya los padres recriminan que no te toques por esas zonas "prohibidas" (hablo incluso de 3 y 4 años).
Y Lola, es muy buena la puntualización sobre con quién se produce esa primera vez, ya que eso daría para todo un tratado. En ese momento creo que no es cuestión de elegir mucho, y dependemos casi completamente del azar.
Un abrazo,
Ramón
Ramón tienes dos premios en mi blog.
Un abrazo
Qué bueno Ramón, llevas más razón que un santo. Cómo me he reído, te imaginaba contándolo en un taller literario, con el ambientecillo tan bueno que se crea...
Un abrazo
Bien redactado aunque con exageraciones como las de llamar a todos desde la A a la Z o hablar tan descaradamente con tus padres.
Bien escrito y divertido para leer y relajarte, y como no, para esbozar esa sonrisa al recordar la primera vez.
¡Una genialidad Ramón que hoy encuentro y te felicito!Dan muchas ganas de narrarlo en un barcito de Buenos Aires, pues La primera vez...¡es Universal!FELICITACIONES!
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