sábado, 7 de marzo de 2009

Sábado literario: Me acuerdo



Sospecha infantil
(Ramón Alcaraz)

Yo era un niño y me costaba entenderlo. En el colegio estudiábamos dos clases de mapas: el físico y el político. Los mapas físicos eran del color de la piel de la tierra, del agua y de las selvas. Apetecía meterse dentro de un bosque; buscar entre la maleza o bañarse en un lago cristalino; subir y bajar los montes hasta llegar al delta de un río que se ofrecía inmenso y prodigioso. Sin embargo, los mapas políticos eran de colores monótonos y aburridos. En ellos no había montañas ni valles ni pantanos; sólo eran enormes extensiones de tono uniforme, cerrados con enormes trazos gruesos que representaban fronteras inexpugnables.
Aquellos enormes muros de tinta confundían a la razón y recluían a la humanidad en parcelas de sus propias vanidades.
Empecé a pensar que lo político ocultaba la verdad y sentí desconfianza. Quise ser ciudadano del mundo, habitante de un planeta que se pinta a sí mismo con el color de la naturaleza. Un ciudadano del mundo no distingue qué agua ni qué tierra ni qué cielo; un ciudadano del mundo no sabe de fronteras.

31 comentarios:

tag dijo...

Que niño tan listo eras, Ramon, ya desde pequeñito te diste cuenta de la realidad, solo mirando los mapas del cole.
Con tu relato me has recordado esta etapa, cuando estudiabamos Geografia, y la profe con un palito señalaba las montañas, rios,mares, etc.
Me ha gustado mucho tu recuerdo.
Besos

Celia Álvarez Fresno dijo...

Ya apuntabas maneras. ¡Que voy a decirte, Profesor!. Tus palabras tienen la delicadeza de los valles y la fuerza de las montañas.
Un abrazo

Paco dijo...

Una definición acertada de lo que significaban esos mapas.

Ya se notaba en ti desde bien pequeño que ibas a ser "diferente".

Tienes el don de las palabras. Las "enhebras" de tal manera que acabas consiguiendo resultados increibles.

Un abrazo profe.

Lujo dijo...

Sólo se me ocurre felicitarte por tu forma de decir las cosas. Te he leído y me has hecho recordar, pensar y reflexionar.
Un abrazote ;)

M.A dijo...

Hola, profe. Un relato perfecto. Me ha gustado mucho ese recuerdo porque es cierto que de niños nos fijamos mucho en esas cosas tan raras como que haya dos tipos de mapas:uno vivo y otro muerto, porque las fronteras son como zanjas.
Muy buena imagen la del niño sobre el mapa. ¡Genial!. Qué guay. Gracias por participar, profe (que imagino que andas atareadillo).

Susana dijo...

¡Qué bonito recuerdo y qué intuición precoz, Ramón!Cómo te oliste el percal...

Un abrazo.

Gloria dijo...

Qué razón tenías ya de pequeñito de sospechar que no había trigo limpio en la política. Con la tecnología, la ciudadanía y tanto progreso nos hemos olvidado de seguir siendo humanos en un mundo que primero fueron montañas, valles y grandes mares que poco a poco hemos ido destruyendo. Y qué nos quedará? Un abrazo de sábado literario.

Lola dijo...

Y lo peor es que esas fronteras han costado y cuestan mucha sangre.
Hermoso recuerdo, maestro.
Un abrazo, Lola

Ardilla Roja dijo...

Hola Ramón: A mi tampoco me gustaban los de colores, pero no sabía decir por qué. Sólo que los otros eran más divertidos.

Creo que somos muchos los que pensamos así.

♪♪Ni soy de aquí, ni soy de allá, no tengo edad ni porvenir y ser feliz es mi color e identidad♪♪

Un saludo :)

Juan Manuel Rodríguez de Sousa dijo...

Pues a mí siempre me gustaban los dos mapas, quizás incluso más el político. Me gustaba pensar que cada uno tenía su parcelita, y que por ejemplo, los Rusos, tenían parcelas muy grandes mientras que los belgas se tenían que conformar con vivir en apartamentos.

Pero es verdad: "Las fronteras son las cicatrices del mundo"

Un saludo profe,

Luz dijo...

La vida se despliega en tu texto en la geografía física; lo otro es la no-vida, que bien describes.

XoseAntón dijo...

A mí me gustaban los paises pequeños, eran mucho más fáciles de pintar. En cambio, con los grande se me cansaba la mano agotaba los colores.

Se me daba bien la geografía y gracias a esos colores, me ayudaba a recordarlos, pero sí, también me he preguntado por qué las fronteras imaginarias fueron siempre más difíciles de atravesar que las reales. Si hasta hemos escalado el Everest y cuando apenas conocemos la casa del vecino.

Saludos

Felisa Moreno dijo...

Los niños tienen mucha intuición, sabén ver las cosas que los adultos preferimos olvidar.

Gracias por compartir relato, profe.

Besos

El desván de la memoria dijo...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Me siento halagado y abrumado por tanta generosidad a mi breve relato. Y me alegro de que os haya gustado. Ahora me voy de blogs a leer lo que habéis escrito vosotros en este sábado literario tan animado.
Un abrazo,
Ramón

Balovega dijo...

Un bello relato de los recuerdos, ello me han llevado a rememorar y pensar en mi niñez.

Un saludo

iñaki zaratiegui dijo...

Ramon...Ramon, tu relato me ha llegado. Yo he hecho uno sobre mi escuela y no me daba espacio, para haber comentado lo de los mapas.
En la nuestra teniamos uno reversible de España y aparte de que las provincias, tenian cada una un color y los colores me gustaban, siempre me parecio mas autentico el mapa fisico, per era el que solia estar contra la pared.
Un abrazo Ramon.

Lupe dijo...

Hola, Ramón: Ya podían habernos enseñado los ríos y las cordilleras con esa filosofía tuya. Seguro que me hubiese ahorrado algún "cate", pues de vez en cuando, cambiaba el cauce de los ríos y trasladaba cordilleras de lugar.

Tu relato es precioso, Ramón.

Un abrazo.

Maat

Anónimo dijo...

Tengo muchas ganas de escribir ,pero a no ser el castellano , mi idioma maternal , me da un poco de verguenza ( sobre todo por las faltas de ortografias )
Una cosa es unas notas sobre tu vida cotidiana y otra un relato mas serio .
Asi que os leere , a ver si aprendo algo.Un abrazo.Annick

Anónimo dijo...

annickenelpaisdelasmaravillas.blogspot.com

Joselondinium dijo...

Muy chuli tu relato, Ramón. Y, además, estoy muy de acuerdo. Así nos luce el pelo...

Saludos.

Anónimo dijo...

Muy bonito Ramón.
Me has recordado ese gran Mapamundis, el libro grande que se llamaba Atlas.

Gracias por tu ternura.

Saludos a tod@s.

Carmina dijo...

pues ya ves no comprendias que fueras un niño pero si que captaste matices que a otros nos ha costado mas de captar, esos mapas te dieron una vision exacta de lo que iba ser tu futuro, un placer haberte leido la inicitiva de mercedes me ha permitido conocer gente estupenda... nos leemos pronto

Nancy dijo...

Los niños son sabios. Creo que todos deberíamos aprender a rescatar nuestras primeras intuiciones. A mí también me costó mucho entender que los mapas políticos colorearan de colores distintos cada país. Si la selva es verde, si la tierra es marrón ¿Qué hacen unos colores púrpura, amarillo o rojo sobre territorios que tienen el mismo color físicamente ? Y bueno, la maestría con la que escribes... realmente es superior.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Tienes razón esos mapas eran muy monótonos, no entraba ganas de estudiarlos; en cambio los otros al menos querían asemajarse a la realidad y daban más ganas de aprender.
¡Qué tiempos aquellos!
Un abrazo

Any dijo...

Hola Ramón pasé por aca persiguiendo los relatos de los sábados literarios.
Que buena forma de pensar los mapas! Ojalá todos pensaran como vos. Me gustó mucho tu pequeño texto, seguramente volveré por aqui.
un abrazo

lys dijo...

Los niños tienen una gran capacidad para pensar. Es mejor ser ciudadano del mundo. Eso soy yo.

Te dejo un beso

Lujo dijo...

Hola Ramón.
Gracias por tus preciosas palabras, de corazón.
Ojalá esta semana venga cargada de cosas requete bonitas ;)
Un abrazo

Galena dijo...

Bueno, no estoy de acuerdo del todo. Si bien recuerdo que desde pequeña adoraba los mapas físicos también me encantaban los políticos.

Primero porque sus colores eran alegres (aunque artificiales) y llamitivos.
Segundo porque ahora que lo pienso más mayorcita, es parte de nosotros. Londres no sería Londres si no tuviera unas delimitaciones y una identidad cultural. Francia no sería Francia sin sus fronteras.

Si bien las fronteras no están delineadas a fuego, solo con tinta, y esto tiene sus ventajas. Las fronteras están para saltarlas y cambiarlas, superar los límites culturales y políticos establecidos y también es bueno que eso lo sepamos ver. Vivimos sujetos a esto, y debemos armonizarlo junto con el ideal mapa físico de tus sueños. Quizás esa sea una importante lección.

Ricardo Guadalupe dijo...

Yo de pequeño cuando me bañaba en el mar les decía a mis padres: Mirad, mirad, me estoy saliendo del mapa!

Ingenuidades de niño aparte, hace poco escuché una historia que me gustó sobre un mapa: Un padre, para entretener a su hija de cuatro años, le da la página de una revista, en la que aparece el mapa del mundo, rota en varios trozos para que reconstruya el mapa.

A los cinco minutos la niña se la devolvió con el mapa del mundo ya reconstruido, ante lo cual el padre le preguntó sorprendido: ¿Cómo lo has hecho, si tú no sabes cómo es el mundo? A lo que la niña respondió: Fue fácil, cuando arrancaste la hoja vi que en la parte de atrás estaba la fotografía de una persona, así que me puse a recomponer a la persona, y al conseguirlo, recompuse el mundo.

Un abrazo

M.A dijo...

¡Qué bueno! Ricardo. Así de fácil lo tienen los niños. Y los mayores deberíamos pensar que recomponiendo a las personas se recompone el mundo tan fácil como lo hizo esa criaturita.
¡Fantástico!

RAMON MUNTAN dijo...

Extraordinaria mirada a la realidad.

Un hallazgo este blog.