Palabras: Bronce, abuelo, cinco, ojos, contrapeso.
Paola del Campo
Ayer me sentí rara. Me vi en un escaparate del cual no recuerdo nada, tan solo la imagen que me devolvía un reflejo extraño. Me sentí agotada, con la sensación de ir arrastrando una piedra de mil toneladas; en ese momento me di cuenta del paso del tiempo y descubrí que este es simplemente una regla matemática: la suma, la suma de todo lo vivido.
Decidí mirar al pasado.
He vuelto a mi pueblo, recorro sus calles, contemplo al pasado con lentillas nostálgicas, buceo en mi mente y en mi alma buscando los recuerdos de mi infancia, retrocedo en el tiempo y soy testigo de mi propia historia.
Mis pasos se detienen en la vieja escuela y las risas resuenan en mis oídos… Tengo cinco años, un babi rosa y una coleta de caballo, una canción surca el aire: el patio de mi casa es particular cuando llueve se moja como los demás…
Tan, tan, tan… la campana de bronce toca, el recreo ha llegado a su fin, las galeras de mis recuerdos se alejan de aquel patio y mis pasos silenciosos y mullidos siguen su peregrinar indagando en aquellas estrechas calles los olores y sabores de mi niñez, intentando garabatear mis memorias de palabras mudas y encontrar en ellas el contrapeso que me ayude a mantener el equilibrio de mi existencia.
En el diálogo silencioso que mantengo conmigo misma, un hombre invade mis sentimientos. Su nombre inunda mi boca y de mis ojos, sin yo querer, brotan lágrimas por no tenerlo; necesito sus abrazos, sus besos, requiero sus cálidas manos que protegen mis miedos. Por primera vez en mucho tiempo anhelo a mi abuelo.
Me alejo de mi pueblo y en esta busca emprendida he decidido escribir los recuerdos de mi vida. Con ello aprenderé a masticar todo aquello que se guarda en la despensa de mi historia. Poco a poco plasmaré en palabras escritas mi supervivencia. Mientras oigo el sonido del viento silbando, veo como se disipan las nieblas que lo cubrieron y cobran forma a los acontecimientos que me hicieron reír y llorar… Esos recuerdos me acompañaran en el último tramo de mi vida.
Decidí mirar al pasado.
He vuelto a mi pueblo, recorro sus calles, contemplo al pasado con lentillas nostálgicas, buceo en mi mente y en mi alma buscando los recuerdos de mi infancia, retrocedo en el tiempo y soy testigo de mi propia historia.
Mis pasos se detienen en la vieja escuela y las risas resuenan en mis oídos… Tengo cinco años, un babi rosa y una coleta de caballo, una canción surca el aire: el patio de mi casa es particular cuando llueve se moja como los demás…
Tan, tan, tan… la campana de bronce toca, el recreo ha llegado a su fin, las galeras de mis recuerdos se alejan de aquel patio y mis pasos silenciosos y mullidos siguen su peregrinar indagando en aquellas estrechas calles los olores y sabores de mi niñez, intentando garabatear mis memorias de palabras mudas y encontrar en ellas el contrapeso que me ayude a mantener el equilibrio de mi existencia.
En el diálogo silencioso que mantengo conmigo misma, un hombre invade mis sentimientos. Su nombre inunda mi boca y de mis ojos, sin yo querer, brotan lágrimas por no tenerlo; necesito sus abrazos, sus besos, requiero sus cálidas manos que protegen mis miedos. Por primera vez en mucho tiempo anhelo a mi abuelo.
Me alejo de mi pueblo y en esta busca emprendida he decidido escribir los recuerdos de mi vida. Con ello aprenderé a masticar todo aquello que se guarda en la despensa de mi historia. Poco a poco plasmaré en palabras escritas mi supervivencia. Mientras oigo el sonido del viento silbando, veo como se disipan las nieblas que lo cubrieron y cobran forma a los acontecimientos que me hicieron reír y llorar… Esos recuerdos me acompañaran en el último tramo de mi vida.
15 comentarios:
Maravilloso. Gracias por participar Paola.
Y a ti también Ramón. No sé como consigues llegar a ¡todo!
Ya sé lo del taller de la semana que viene. Ojalá hubiese podido ir. Igual si la gente quiere seguirme, Eros visita también la Blogosfera.
Un abrazo a los dos
El pasado siempre presente.Un precioso relato, evidentemente muy bien construido.Un saludo.
Que lindo relato! Me llenó de ternura y emoción cuando leí el pedacito de canción: esa canción nos la cantaba mi madre! Que recuerdo! La tenía absolutamente olvidada, creo que ni ella se acuerda.
Hermoso del principio al final.
Un placer haber pasado por aqui
un abrazo
que bonitos recuerdos llegaron a mi mente !!
MUY BUENO!!
un abrazo
Espectacular, Paola. Qué bonito. Me encantó lo de "...aprenderé a masticar todo aquello que se guarda en la despensa de mi historia"
Un relato muy hermoso.
Besos
Un relato muy evocador de ese pasado no tan lejano en el tiempo, pero cuántas cosas han cambiado.
De alguna manera, el propio ritmo de las palabras e imágenes recuerda un compás distinto al actual.
Precioso, Paola.
Un abrazo
Hola Paola: Me he alegrado mucho de leerte. Has construido un relato precioso con el que me has confirmado que de vez en cuando es bueno abrir esa despensa y disfrutar de lo que tenemos por ahí dentro almacenado. Y volver a disfrutarlo.
Un abrazo
Maat
Paolaaaaaaaa. ¿Cómo que no tienes blog? Lo que te falta es activarlo. ¿Te ayudo?... Ay, mi niña que te quedabas en tierra, jajaj
Oye, un relato precioso. Tienes mucha sensibilidad para evocar recuerdos, sobre todo cuando hablas de personas ancianas. Muy bueno.
Besos de blogconhorizonte.
Pao, lo siento, se me coló mi otra yo, ¡Glub! Si es que no se puede estar en misa y repicandoooo
Gracias, muchisiiiiiiiiiiiiimas gracias.
Un besote.
Paola.
No tengo blog, me da vértigo abrir esa puerta a los ojos del mundo.
Tengo miedo al daño gratuito.Me dan mucha envidia (sana) los vuestros, algunos son verdaderas maravillas con melodías preciosas. Mientras Ramón me deje usare el del desván.
Hola, Pao, claro que Ramón te dejará usar el blog del Desván mientras no tengas el tuyo. Aunque, ese "chonoman" con el que firmas, me parece que ya es un blog (creo). No se trata de abrir un blog para mostrar al mundo lo que tú no quieras, igual sólo lo utilizas para estos sábados. Yo me presto a ayudarte con el tuyo. Igual, algún sábado la entrada de blog del Desván, está ocupada con un premio o mención y no me gustaría que tus relatos se quedaran sin publicar. Por eso te decía lo del blog personal. Oye, que esto te lo digo yo como una opción que te proporcione autonomía, que ya sabes que Ramón es muy generoso y no le importa que utilicemos el blog del Desván para lo que nos haga falta.
Si te animas, me escribes al correo y listo. Yo creo que lo más complicado ya lo tienes hecho, porque "chonoman" tiene la inscripcíón de blog y eso significa que tienes blog, aunque no tengas entradas.
En fin, que tú me dices. Que por opciones no quede.
Un abrazo, Pao.
Mira, Pao, un ejemplo. Ahora tengo yo una noticia en mi blog que no la puedo mover porque la bibliotecaria del pueblo me ha pedido que, por favor, la deje ahí unos días. Y, como quería participar en el sábado literario, pues menos mal que tengo otro blog y ahí lo colgué. Ya ves, que no tiene por qué andar la entrada de blog ocupada con premios o menciones, puede ser cualquier cosa que impida que tu relato luzca como es debido. Ya has visto lo que han gustado tus escritos en las contadas ocasiones que has podido intervenir...
Venga ¿te animas? Vuelvo a repetir que yo te ayudo en lo que necesites con tu blog.
Un abrazo, que tengo faenilla y me vengo por aquí y me pierdo, jajjaja.
PA0LA, ME HAS REC0RDAD0 QEU HACIA MIS 35, TENG0 46, ME DECIDI A ESCRIBIR MI PASAD0. A I MANERA. CADA DIA ME P0NIA DELANTE DE UN F0LI0 Y ESCRIBIA S0BRE CUALQUIER AC0NTECIMIENT0. EL QUE FUERA. ELL0 ME LLEV0 A C0N0CERME MEJ0R. A SABER D EI DESDE MI PASAD0, DESDE L0S P0RQUES D EMI PASAD0...IR LA PASAD0 ES L0 QUE TIENE..ES0 Y MAS, CLAR0. ME HA ENCANAD0 TU RELAT0, ASI DE SENCILL0 TE L0 DIG0....GRACIAS.
Es agradable mirar por el retrovisor, no conducir por él, pero si recordar lo que dejamos detrás. Ahí se mezclan experiencias y emociones que nos dan fuerza y empujan hacia delante.
Bikiños
Precioso relato Paola. Unos recuerdos llenos de ternura, que nos hacen recordar esos tiempos pasados de nuestra niñez, que siempre nos ayudan a no perder nuestras raices y a ser mejores.
Un beso
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