sábado, 8 de agosto de 2009

Se queja el viento. Sábado literario



Se queja el viento
Paola del Campo
Se queja el aire... Las nubes grises se arremolinan en torno a un soplo convertido en Señor de la noche; se filtra despacio, muy despacio, por todas las rendijas anunciado la hora suprema… Deja que los fantasmas aúllen hasta la madrugada en la villa de Alcedo, por las calles no se ve un ánima y los portones de las casas están cerrados a cal y canto. Sus moradores tienen miedo.
Encima de las puertas de las viviendas, Eguzki Lore baila al son del viento; esta flor de cardo silvestre fue dada a los antiguos moradores de estas tierras para protegerles del mal.
Aquella noche ni un solo mercader osa atravesar Alcedo, vienen de Castilla camino del mar para vender sus mercancías, los puertos de Bilbao y Castro Urdiales son su próxima parada y esta villa es paso obligado. Sólo Gaueko se atreve a deambular por las calles de Alcedo, este espectro vela porque ningún mortal merodee por la noche, ya que durante esta las ánimas vagan por la tierra. Él es el encargado de arrebatarle el espíritu a todo ser humano que se atreva a salir a la calle cuando el sol se oculta para dar paso a su hermana la luna..

Juan Badillo siente un escalofrió que le recorre toda su espina dorsal para después abandonarlo; atraviesa el valle en busca de otra alma, ya que la suya estaba vacía y su baile con la señora de la guadaña había comenzado, iba segando poco a poco la hierba debajo de sus pies, solo era cuestión de tiempo.
Juan encontraba sentado en la mesa de la cocina, los demás dormían. Iru, su fiel perro, descansaba delante del hogar; de vez en cuando levantaba los ojos hacia su amo, él también barruntaba lo que se aproximaba. El hombre levantó y cogió del arcón un mantón para echarse encima de los hombros. Tenía frío, aunque más bien era el aliento de la muerte lo que él sentía en sus huesos. Quería dejar las cosas bien atadas y asegurarse que su tránsito hacia la otra vida se hacía como Dios manda. No se fiaba de sus hijos; sabía que Marceliana, su hija pequeña, cumpliría sus últimas voluntades, pero por si acaso mejor lo dejaba escrito y firmado. Al día siguiente a primera hora se lo entregaría al Señor notario.
Sus hijos mayores no eran malos; es que seguían apegados a las viejas costumbres y les costaba asimilar las de religión católica. Esas costumbres arcaicas eran a la vez raíz de todo aquello que nos rodea y nos impulsa a movernos; en el fondo, pensaba Juan, no eran tan diferentes unas creencias de otras. Él comienza a escribir su legado; su legado espiritual, que el terrenal si estaba marcado por las enseñanzas de los que fueron sus mayores:
En el dia onze de Noviembre de mil ochocientos setenta y dos, yo Juan de Vadillo y para que conste, ordeno que el dia de mi muerte me sean otorgados los Sacramentos de Penitencias , oluntad y Estremaucion.
Manifiesto que quiero ser sepultado con el abito de Nsto.Padre Sn Martín, que por mi alma se celebre novena cantadas y las misas de los doce oluntade en la parroquia de Alcedo.
Que a mi misa entierro asitan tres Sacerdotes y ser sepultado en el campo Santo.
Y para que conste lo firmo hoy dia onze de Noviembre año de nuestro señor.
Juan Vadillo.


Esperó a que la tinta secara, mientras sus ojos se posaron en el infinito y de sus labios brotaba un silbido bajo, monótono. Recientemente se sorprendía a sí mismo al oírse silbar y aguantaba sin rechistar las bromas de los suyos a cuenta de este hábito que sin querer salía de sus adentros. Lo que sus hijos no sabían es que muchos hombres y mujeres que en vida exploraron caminos, valles y sierras, confiando encontrar algún día a la Dama Mari y ser recompensados por su perseverancia y fidelidad, con la muerte esperaron que ella les mostrase el secreto de su existencia. Otros murieron intentando alcanzar el cielo como destino deseado; buscar a Dios era el camino hacia la salvación. Ninguna de las dos búsquedas aseguraba nada y el infierno constituía un serio peligro. Todos ellos, los que emprendieron un camino u otro, le visitaban en sus noches de sueños inquietos, le hablaban de cosas que él no entendía, aquella paramnesia mental causaba la sinfonía que salía de sus labios, era la melodía para espantar sus miedos.

Juan guardó todo en el cajón de la cómoda de su dormitorio; oyó de nuevo el canto triste y lastimero del viento, que subió hasta la cima de la montaña azotando lo que encontró a su paso, encogiendo el corazón de las alimañas del bosque, para bajar de nuevo al valle con toda la fuerza de aquel que quiere alimentarse del último soplo de vida de los mortales.
El sonido de una puerta mal cerrada quebranta, de repente, el silencio reinante en la casa, y deja paso a un viento fuerte y gélido que entra como un anuncio, una señal para alguno de sus habitantes mientras avanza por el estrecho pasillo.
Juan Badillo experimenta la angustia del vacío y la fuerza de la muerte que se arrastra hasta él a través de la corriente de aire que va llenando la estancia de un silencio extraño, mientras la puerta de la entrada da continuos golpes contra la pared, cada vez más fuertes, como queriendo llamar, desesperadamente, la atención de alguno de los que allí viven.
Juan Badillo permitió que el viento acariciase su rostro blanco, el frío envolvió la estancia y se dejó llevar por el pulcro silencio que le rodeaba. Una campana sonó a lo lejos…


Notas:
Eguzki Lore: flor de cardo silvestre, fue dada a los antiguos moradores del País vasco para protegerles del mal. (Costumbre pagana).
Gaueko (literalmente “El de la Noche”): misterioso señor de la oscuridad, anónimo monarca de las sombras. Desde la medianoche hasta el amanecer el mundo le pertenece, de la misma manera que durante el día pertenece al ser humano. Mientras transcurren estas horas, los mortales no deben abandonar la seguridad del caserío. (Mitología vasca).
Dama Mari: de todos los personajes mitológicos unidos a la Tierra, la más difundida es Mari, divinidad de carácter femenino. Habita en los montes, y según cuál sea éste se la conocerá como la Dama del Anboto, Mari de Txindoki, la Dama de Aralar… Se dice que su morada favorita es la Cueva de Mari, en la cara Este del monte Anboto, en el Duranguesado. Mari es la reina de los genios vascos. Se la distingue como una mujer bella y elegante que viaja envuelta en forma de nube de fuego o como una ráfaga de viento, vive bajo tierra y una vez que sale se desplaza volando para visitar sus diferentes hogares en las sierras montañosas vascas.
El testamento es original, tal y como fue escrito.
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El viento trae más relatos este sábado desde el blog de Mimi:

9 comentarios:

Mimí- Ana Rico dijo...

Ole Paola!
Pedazo relato que nos has regalado!

Además siguiendo las instrucciones y marcando los pasos al silbo de los sentimientos. Este Ole! yo diría que en viento equivaldría a un silbido sinuoso, insinuante, el que te lanzaría un piropeador con arte.

Un abrazo cálido desde este pizpireto mar de encinas Extremeñas!
Mimí

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Qué te voy a decir, no tengo palabras. Me ha llegado y además muy interesante el diccionario del final. Desde luego, cada rincón de nuestro país es un mundo, con sus costumbres y sus vivencias. Nos queda tanto por saber.
Un beso Paola, echaba de menos tus relatos.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Qué te voy a decir, no tengo palabras. Me ha llegado y además muy interesante el diccionario del final. Desde luego, cada rincón de nuestro país es un mundo, con sus costumbres y sus vivencias. Nos queda tanto por saber.
Un beso Paola, echaba de menos tus relatos.

Anónimo dijo...

Interesante relato Paola y también el glosario. Volveré a leerlo para exprimirlo un poco más.

Besos.

Alfredo dijo...

Interesante, dramático y descriptivo, como siempre excelente relato, en este caso con sabor y referencias a una tierra que quiero incondicional.

Besos, Paola

CASANDRA dijo...

Un placer leerte por la forma en que escribes y por el contenido que se desgrana y nos trae vientos de tierras para mi lejanas y queridas. Un abrazo fuerte.

Paloma dijo...

Maravilloso relato!

Susurros de Tinta dijo...

El viento como veículo de la muerte, interesante me han parecido las pinceladas que nos muestras de tu cultura vasca, de las leyendas y las costumbres, me ha gustado mucho, miles de besossssssss.

Anónimo dijo...

N0 SE...YA S0N VARI0S C0MPAÑER@S DE VIAJE A L0S QUE 0S HA DAD0 P0R LA MUERTE...ME RIND0, ME DESCANS0 AQUI PA0LA...YA VALE¡¡¡
ES UN C0MENTARI0 NETRE BR0MAS, P0R SUPUEST0¡¡
YA VALE...¡¡
ME ARRIM0 A LA FIESTA DEL S0L¡¡¡ ESTA DECIDID0...
P0R CIERT0, ES0S PERS0NAJES, Y0 N0 C0N0ZC0 ESE TIP0 DE FABULAS, PER0 S0Y ESCUCHANTE D EPR0GRAMAS D ERADI0...ESTAN DIFUNDID0S P0R TANTAS CULTURAS¡¡¡
UN0 DE ELL0S TE L0 V0Y A R0BAR...EL FEMENIN0...¿P0R QUE...N0, N0 ES ASI, PA0LA, C0M0 Y0 TE L0 IBA A EXP0NER...DECIATE QUE P0R QUE L0 FEMENIN0 ES IGUAL A L0 BUEN0...C0M0 EN ESTE RELAT0 TUY0 EN LE CAS0 DE...ESA MUJER..PER0 LA TENDENCIA ES QUE L0 FEMENIN SEA L0 MAL0: LA MUERTE, ETEC...DEBE DE ESTAR REALACI0NAD0 C0N L0 MATRIARCAL, C0N L0 PAGAN0 PUES, Y C0N L0 CRISTIAN0, PATRIARCAL PUE????
LECHES, ME HE ENR0LLAD0...Y ES0 QUE AND0 C0N UN RETRAS0 DE MIL DE M0NI0S¡¡¡
MEDI0 BES0, PA0LA