viernes, 3 de julio de 2009

A voz en grito

Epaminondas


Vivir solo significa fundamentalmente vivir cubierto por un gran manto de silencio, no disponer de alguien a quien contar tus penas, alegrías, preocupaciones, tus pensamientos. A cambio, no soportas las estupideces ajenas; y en el cambio sales ganando.
Como vivo en el campo disfruto del canto de los pájaros, del murmullo del viento meciendo chopos y bambúes, del croar de las ranas y del maullido, o ronroneo, de mi gata cuando me ordena algo. Y eso es todo, excepto cuando alguna gentil sudamericana intenta venderme algo por teléfono, regalo algún monosílabo a la cajera del supermercado o escucho el eco de mis pasos enmarcado en el pasillo de casa.
El gran manto del silencio está cuajado de diamantes y rubíes, aunque también tiene algún roto por el que se escapa mi voz tonante:
—¡EPA! —grito como un poseso.
Minondas —me contesto bajito.
El Diletante

1 comentario:

L.N.J. dijo...

Encantador, diferente...; más que bonito.
La ira y la frustración la dejo fuera aparte, para ellos todos los diálogos, si es que lo son, claro.

Saludos y
! Epa !