Cuando paseo contigo por la calle
y tú me coges de la vida por la mano,
yo sonrío atolondrada
como niña de colegio en su recreo.
Cuando me llevas a un hermoso restaurante
y yo siento mi silla en tu cara,
no te dejo que mires a otro sitio;
sólo mi cara de adolescente enamorada
Cuando me regalas la tarde
y bajas el sol hasta mis nalgas
(antes de que el fuego queme mis rodillas),
yo duermo la siesta de adulto entre tus ojos.
Después, cuando la noche aprieta mi ombligo
y tú me compras un regalo,
yo me tumbo en la esquina de tu boca
para morir de vieja entre tus besos…
II
Mientras sigas apretando la tuerca de mi vida,
estaré viva…
Mientras siga bebiendo el aliento de tus días,
devorando el tiempo que no me das,
amándote cuando no pienso,
estaré viva…
Mientras siga cabalgando tu piel inmensa
llena de mares y lágrimas,
olvidando que te odio cuando más te amo,
exagerando mis besos en muerte segura,
estaré viva…
Cuando deje que el tiempo sepulte tus ojos,
que mi tinta deje de nadar en tus venas,
que tus manos no me electrocuten el deseo,
estarás muerto en mi vida…
III
Me gustaría vivir contigo,
aunque lleve viviendo veinte años.
Despertar al lado de tu sombra
que de tanto apretarme casi es mía.
Te pediría un anillo de deseo,
para colgarlo en la esquina de mi boca.
Nadar entre las olas de tu saliva
soldadas a mi piel como tus manos.
Me gustaría hacerte el amor en el salón,
aunque lleve media vida amándote.
Pintar la carcoma del sofá
con el sudor de tu cuerpo abierto.
Te dejaría tocarme el pensamiento
y morder mi excitado cerebro.
Volverme loca de placer
aunque lleve loca veinte años…
sábado, 30 de diciembre de 2006
Cuando paseo contigo por la calle
Yolanda Saénz de Tejada (4º Premio Certamen Viladecans 2006)
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