Reseña de Ramón Alcaraz García:
Cuentos de un Nefelibata es el primer libro de relatos que publica
Ximo Tejado. Lo primero que me llamó la atención es el título, uno de esos títulos que creo que a todo escritor le gustaría tener en una obra, al menos a mí. ¿Qué es un nefelibata? El término ya se usaba en la antigüedad y proviene del griego culto, de la unión de las palabras
nube y
andar;
andar en una nube:
nefelibata.
adj. Dicho de una persona: Soñadora, que anda por las nubes.
El libro lo componen ocho relatos. Son historias independientes, aunque al observar el índice me di cuenta de una similitud interesante en los nombres de los cuentos; todos se componen de un determinante y un sustantivo: “El manzano”, “El poeta”…; todos masculinos, excepto una destacada “La justicia”. Y completan el conjunto el significativo posesivo “Mi padre” (interesante el matiz) y el relato con el que concluye la lectura, el plural “Les amants”.
Esta es una primera obra, y siempre como tal la hemos de apreciar. Vendrán más de Ximo, seguro, en las que apreciaremos su evolución como escritor, que auguro muy interesante. Con un estilo sencillo (y esto lo digo como un halago, ya que los jóvenes escritores suelen pecar por exceso de complejidad, para tratar impresionar) nos muestra historias que tienen en común un punto de nostalgia, de recuerdos, de realidades inventadas o de invenciones reales, que son las de los personajes de estas historias; como la de “El amigo” o “El marinero”, el recuerdo del amor en el pasado en “El pintor” o el amor romántico, condenado al deseo en la eternidad en “Les amants”.
El punto común de todos los cuentos es ese deje de tristeza, esa melancolía, tan humanista y tan humana, que nos expresa el sentimiento por lo que ya no tenemos, por lo que fue posible o imposible, por tantos sueños cumplidos y por cumplir. Ese es el verdadero elemento de encuentro de las historias: personajes que sueñan en sus nubes, instaladas en el arte, en su oficio, en el amor, en la vida…; que recuerdan, que inventan, que existen, que anhelan…