domingo, 31 de enero de 2010

Felisa Moreno Ortega ha sido semifinalista del certamen Fergutson de microrrelatos 2009

Al atardecer
Felisa Moreno Ortega

Al atardecer, cuando el sol abrasa el horizonte, la niña camina despacio hasta la fuente. Con gesto cansado llena la vasija, en los labios se le ha muerto una canción de cuna, apenas tiene siete años. Sin resuello llega a la choza, vacía el contenido del recipiente en un tonel y espera unos minutos para recuperar el aliento y reemprender el inexorable camino.
Al atardecer, cuando el sol juega al escondite con los edificios, la niña abre la nevera, saca un zumo multivitamínico y conecta la video consola, olvida las tibias protestas de su madre recordándole que tiene que hacer los deberes y se dedica por completo a destruir marcianos.
Al atardecer, al atardecer… ¿Quién dijo que todos los atardeceres eran iguales?

Blog de Felisa: http://felisamorenoortega.blogspot.com/

sábado, 30 de enero de 2010

Rubén Gozalo ha sido semifinalista del certamen Fergutson de microrrelatos 2009

Afortunado
Rubén Gozalo

— ¡Éste es mi último discurso! Quería despedirme de todos ustedes teniendo un detalle con mis familiares y amigos. A mi esposa. Por ser tan estupenda y mantener relaciones sexuales con mi mejor amigo. ¡Zorra! Soy carnudo, no idiota. A mis hijos. Que sepáis que jamás volveréis a ver un céntimo. He dejado las cuentas a cero. A mi jefe. Lamento haberme reído a sus espaldas y habérmelo montado con su hija en el despacho. ¡Ah y con la ninfómana de su esposa… ni le cuento! A mi vecino. ¡Que fui yo, Luisma, quien te robó las palomas de la finca! ¡No veas lo buenas que estaban las condenadas a la parrilla! A José. Yo te quemé el coche, capullo. Si en el fondo soy afortunado de estar aquí, porque si salgo fuera de esta sala, ésos que miran desde el otro lado del cristal con ojos de asesinos seguro que me degüellan. Proceda con la descarga —dije, sentado en la silla eléctrica.

Rubén Gozalo, seleccionado en el Certamen Parafilias Ilustradas

RUBÉN GOZALO ha sido seleccionado en el certamen Parafilias Ilustradas con su relato “Sexo beligerante”:

http://parafiliasilustradas.blogspot.com/

miércoles, 27 de enero de 2010

Teresa Cameselle ha sido finalista del Certamen Fergutson de relato

Teresa Cameselle, finalista del certamen Fergutson de Relato diciembre 2009.


Próximamente el relato se publicará en un libro con el resto de premiados.


Blog de Teresa: http://teresacameselle.blogspot.com/

Juan Manuel Beltrán ha sido finalista del Certamen Fergutson de Relato

Juan Manuel Beltrán, finalista del certamen Fergutson de Relato diciembre 2009.



Próximamente el relato se publicará en un libro con el resto de premiados.



Rubén Gozalo ha sido finalista del Certamen Fergutson de Relato

Rubén Gozalo, finalista del certamen Fergutson de Relato diciembre 2009.


Próximamente el relato se publicará en un libro con el resto de premiados.



Francisco Arriaza, finalista en el Certamen Fergutson de Relato

Francisco Arriaza, finalista del certamen Fergutson de Relato diciembre 2009.



Próximamente el relato se publicará en un libro con el resto de premiados.

Felisa Moreno Ortega ha sido finalista en el Certamen Fergutson de Relato

Felisa Moreno, finalista del certamen Fergutson de Relato diciembre 2009.

Próximamente el relato se publicará en un libro con el resto de premiados.

Blog de Felisa: http://felisamorenoortega.blogspot.com/

Mar Solana ha sido finalista del Premio Fergutson de relato

Mar Solana, finalista del certamen Fergutson de Relato diciembre 2009.


Próximamente el relato se publicará en un libro con el resto de premiados.


Blog de Mar: http://marsolana.blogspot.com/

martes, 26 de enero de 2010

De nosotras, las mujeres. Francisca Alcover

De nosotras, las mujeres

Francisca Alcover

Publicado en Diario de Mallorca el 18 de enero de 2010
Rosa Bueno Castellanos nos dejó para siempre el pasado 22 de diciembre. No tuve el placer de conocerla personalmente; pero la lectura de lo publicado estos días en prensa local, y no local, a raíz de su fallecimiento, me da la oportunidad de acercarme más a ella. Una persona de nombre Rosa -rosa, flor ensalzada por su belleza-, con el apellido Bueno -bueno, adjetivo que encarna la bondad- sólo puede ser lo que Rosa fue: una buena persona. Y por si esto no fuera aún suficiente, su segundo apellido: Castellanos, el cual me lleva en volandas a Castilla -tierra natal del castellano, cuna del lenguaje y, por lo tanto, de la palabra- y me reafirma en lo dicho que Rosa Bueno Castellanos fue una buena mujer adornada, además, con las virtudes de la coherencia, eficacia y tenacidad; como así ha quedado probado en su trayectoria vital en la que tuvo que dar todo de sí para obtener infraestructuras y mejores equipamientos para las barriadas menos favorecidas de Palma, consiguiendo algo importante: que los ciudadanos de Palma pudieran hacer llegar sus reivindicaciones hasta el mismísimo Ayuntamiento. El artículo de Francisca Mas Busquets del pasado sábado 9 de enero, publicado en estas mismas páginas, viene a corroborar la imagen que yo tenía in mente de Rosa. Las palabras de Francisca son cálidas, plenas de sensibilidad hacia una mujer que probablemente se nos ha ido demasiado pronto. En su artículo, Francisca Mas apunta que las mujeres siempre hemos estado falta de referentes; te diría -sin desmerecer tus palabras- que el primer referente de cada mujer es ella misma, es saber quién es, como mujer y como persona, saber qué significa y qué implica ser mujer, y eso Rosa lo supo muy bien; Rosa fue una mujer cuya primera referencia fue ella misma y de ello da fe la trayectoria de su vida. Debo añadir que el referente femenino es exclusivo de cada mujer, y éste no sirve a otra mujer porque de lo que se trata es que cada mujer construya su propio referente.

sábado, 23 de enero de 2010

Para Martina Artetxe Ereño (Paola del Campo)

Para Martina Artetxe Ereño

Hace dos días, un ser muy querido por mí ha perdido a una persona muy importante en su vida. Hoy es su funeral. De algún modo, mis sentimientos afloran y me hacen revivir el recuerdo del dolor y la desesperanza que he sentido cuando la muerte ha tocado a la puerta de mi casa. Estos días mis lágrimas afloran queriendo mitigar el tormento por la persona que se ha ido, por los que se fueron y de alguna manera por el miedo que siento ante las personas mayores que todavía me rodean; ellas, que brotan en silencio de mis ojos, quieren hacer de velo ante una realidad que por mucho que yo me proponga está presente en todos y en cada momento de mi vida. Pero los humanos hemos aprendido a vivir con ello, a ignorar que en cualquier instante, en cualquier lugar nos está esperando. ¡Quizás!, como dice Ramón “El beso de la muerte”; nos empeñamos en dibujarla de negro y con guadaña. ¿Y por qué no en forma de beso?
Siempre me pregunto si lloramos por el ser querido que se ha ido o por el dolor tan intenso que sentimos los que nos quedamos.
“La muerte”... Apenas hablamos de ella, es una parte de nuestra vida, la culminación de un ciclo. Nos hablan de ella desde el mismo día que nacemos, no entiende de rangos, clases sociales, dineros, ni edades, y a pesar de ello no estamos preparados para recibirla. Lo más duro es que nunca nos enseñaron a superarla. Aunque la muerte es muerte, siempre se rodea de diferentes circunstancias para llegar a nuestras vidas, y como las personas somos diferentes la afrontamos de diferente maneras; yo rompo a llorar, necesito vaciarme para renacer de nuevo, pero el recuerdo de la persona que se ha ido siempre me persigue… Necesito tiempo para que el dolor se convierta en un cariñoso presente, en un recuerdo de bellas imágenes…. Lloro, y asombra la cantidad de lágrimas que pueden aflorar por tus ojos.
En ninguna situación es fácil enfrentarse a la muerte. Sea esperada o te llame de golpe a la puerta jamás estás preparada para recibirla, no le puedes preguntar ¿por qué? No le puedes dar un puñetazo ni maldecirla a la cara y es vencedora siempre. Vence porque cada vez que se muere un familiar o un buen amigo sigue siendo igual de dolorosa que la anterior….
Mientras, yo espero ese día en el que pueda recordar sin angustia a los que se fueron.
Goian bego Martina, muxu bat.
En el poco tiempo que he tenido para conocerte he aprendido a quererte.
Gero Arte.

Paola.

Goian bego = descanse en paz.
Muxu bat= Un beso
Gero Arte= Hasta luego.

viernes, 22 de enero de 2010

Intervención de Ramón Alcaraz en "El beso que te adivina"



El pasado 9 de enero, Ramón Alcaraz participó en el encuentro propuesto por Carlos Villarrubia en torno al tema "El beso que te adivina".
Esta es la transcripión de lo que dijo, con fotos del acto:
Quiero iniciar mi aportación con el agradecimiento a Carlos por invitarme y a todos los asistentes por venir. Mi intervención parte del optimismo por un encuentro como este, ya que es necesaria la reivindicación del beso, y especialmente de todas sus formas de expresión.
Como lingüista, para mí no hay mejor referencia que lo que nos aporta el habla, el lenguaje. El lenguaje es fundamental como medida de la importancia y el uso de lo que significa una palabra en nuestras vidas y lo que ha significado a lo largo del tiempo. Yo pensaba que, al investigar sobre el tema que nos ocupa, iba a venir hoy con una lista de vocablos que detallaran múltiples formas de entender el beso en cualquiera de sus muchas manifestaciones: el fraternal, maternal, de hermandad, de amor, pasional, etcétera. Y no ha sido así. Las formas de expresión del beso son mínimas, y eso preocupa por lo que el beso significa como acto propio y casi diría diferencial de los seres humanos.
Si yo pidiera a los asistentes de esta sala que nombraran sinónimos o expresiones para denominar el acto sexual, ocuparíamos varias rondas sin acabar de nombrarlos; sin embargo, los sinónimos que encontramos en nuestro idioma para la palabra beso se pueden contar con los dedos de una mano (y sobran dedos). Igual que ocurre con el arte y la cultura, como ha dicho Carlos y los participantes anteriores, el lenguaje también ha marginado al beso como forma de expresión afectiva, como si hubiera sido más efectivo atacar a la raíz de las emociones, del afecto, a la “llave” que nos ha de conducir al amor en cualquiera de sus formas.

El primer lugar, lógicamente, he recurrido al diccionario, que define el beso como la acción de tocar u oprimir con un movimiento de labios, a impulso del amor o del deseo o en señal de amistad o reverencia. Un definición sencilla y bastante fría. La palabra beso viene del latín basiáre, vocablo de origen celta.


Carlos Villarrubia y Ramón Alcaraz

No hay ninguna referencia al beso, tal y como lo conocemos, en cavernas prehistóricas, en el arte mesopotámico o egipcio, y pocas en los poetas griegos. Y a mí me cuesta creer que el beso primigenio no fuera inherente a la condición humana; pero lo curioso es que la aparición del beso en el lenguaje escrito es tardía, y eso me parece significativo. Las primeras descripciones aparecen en la Biblia, donde encontramos unas 40 alusiones en el Nuevo Testamento; de las que, curiosamente, la más conocida no es un beso de amor ni afectuoso, sino que es el Beso de Judas. El beso debe representar en su mayor significación un sentimiento, el afecto, amor; pero no es así en el lenguaje, ya que su descripción no todos los besos son afectivos; el de Judas por ejemplo, que es aquel que se da con doble sentido o mala intención, es uno de los más famosos y más tristes. Y en algunos ámbitos, el beso se usa incluso como sentencia, como el “beso de la muerte".
Los romanos distinguían 3 tipos de besos, más que nosotros en la actualidad: El 'osculum', que se da en la mejilla, entre amigos, ritual o de reconocimiento; el 'basium', beso en general; y el 'suavem', el beso dulce, que se dan los amantes. Hasta en esto hemos perdido, ese “suavem” tan sugerente no ha llegado hasta nuestros días.

A partir de la Edad Media el ósculo (el beso, que debió de ser frecuente entre los romanos) quedó reservado a las más altas instancias ―precisamente aquellas que siempre estaban bien protegidas―, mientras que entre los caballeros el “apretón de manos” sustituyó al beso y al abrazo. Para saludarse, como demostración de reconocimiento, se ofrecían la mano contraria al lugar donde se llevaba la espada, normalmente el costado izquierdo; así, al sujetar la mano al contrincante, se aseguraban de que el otro no sacaría su arma para atacar. Es decir, que el beso fraternal fue sustituido por un gesto de defensa, de desconfianza, que es el que ha prevalecido hasta nuestros días.
La pervivencia medieval es demostrable por el hecho de que, aún hoy, el apretón de manos no se estila con las mujeres ni entre las mujeres (que saludan con besos). Esto es algo que deberíamos reivindicar también para quitarnos ese componente anti-agresivo, de defensa, que supone el apretarnos las manos frente al beso. Apretarnos la mano es una firma de no agresión más que de afecto, mientras que el beso es señal de entrega, de abrirnos sinceramente a la otra persona, ya sea hombre o mujer.

Como curiosidad, voy a leer la definición de la palabra beso en el siglo XVII del primer diccionario de la lengua española (Covarruvias, año 1611) que en la entrada “besar” venía a decir más o menos así:
«El beso es señal de paz, y así vale en este sentido una misma cosa besarse, o darse paz, y cuando esta paz o beso es fingido, tiénese por traición … Es también el beso señal de confederación, y así en la ley final se manda que los que hicieren amistades por rencillas pasadas se perdonen y se besen. En la ley vieja una de las solemnidades que el padre usaba para dar la primogenitura a uno de sus hijos, era besarle. … En el dar de los grados a los doctores se usa la solemnidad del beso, y en las Iglesias Catedrales, en la recepción de los canónigos, y en muchas provincias, se usa dar beso de paz y bienvenido al huésped…».

Hace cuatro siglos, el diccionario nos aportaba bastante más sobre esta palabra que ahora. Como vemos, no es tan extensa la definición actual de nuestro diccionario como la que se hizo allá por el 1600. En el beso, vamos perdiendo lingüísticamente tanto en calidad como en cantidad.
Actualmente, el diccionario de la RAE incluye además tres expresiones que contienen la palabra beso:
Beso de Judas. m. beso u otra manifestación de afecto que encubre traición.
Beso de paz. m. El que se da en muestra de cariño y amistad.
Beso volado. m. coloq. Ecuad. El que se da a la distancia con el gesto de los labios y un ademán de la mano.

Y en sentido metafórico contamos con la expresión “comerse a besos a alguien”, que es besarlo con repetición y vehemencia.


Durante la charla, los asistentes, entregados, reparten besos y abrazos a tutiplén

Nuestro lenguaje me ha seguido "decepcionando" porque son muy pocas las palabras en cuyas definiciones se incluye la palabra beso o besar. Contamos con muy pocos vocablos y sinónimos para expresar algo tan cotidiano y tan importante: la palabra buz, muy poco usada, que se refiere al beso de reconocimiento y reverencia; la palabra ósculo, más conocida pero que ya corresponde al lenguaje culto, y que también es un beso reverencial.
Me llama, por tanto, la atención la abundancia de significados relacionados con la iglesia o lo eclesiástico, y en forma de expresiones reverenciales y de sumisión: besar los pies (cortesía y sumisión), el besamanos (beso al rey y personas reales), llegar y besar el santo (metáfora de llegar en el momento preciso), beso de paz (fraternidad), beso de Judas (traición) y el beso del vasallaje (servidumbre).

Y me preocupa, me preocupa un lenguaje tan pobre, por no decir paupérrimo para significar la palabra beso en cualquiera de sus formas; incluso, lo que es más curioso para mí, siquiera para significar el beso erótico o sexual, del que apenas podríamos añadir el verbo morrear y la expresión pico (y piquear) que es el beso breve que se da uniendo la punta de los labios.

Y a ellas unimos expresiones como besar el suelo o besar la lona, que son indicativas no de afecto sino de derrota. De nuevo, el beso sometido al extremo opuesto de la afectividad.

Lo malo es que el beso no evoluciona; el diccionario Sopena en su edición de 1965 (hace casi 50 años), recoge las mismas acepciones de beso y besar. Los avances del último medio siglo, la evolución tecnológica, la libertad, las aperturas sociales no han aportado nada al beso. Y aquí es donde es necesaria la aportación del arte, de la poesía, de la narrativa, del teatro, de la música...; expandir el beso para darle multitud de formas de expresión, dar nombre a cada tipo de beso, esa es una labor de todos, ya que somos todos los que construimos el lenguaje que después se encarga de recoger el diccionario: hemos de buscar formas para definir el beso que nos sorprende, el beso que nos cautiva, el beso con el que sellamos una amistad, el que nos adivina. ¿Por qué no hay nombre para el beso que damos a un recién nacido, el que damos a los padres o a los hijos, a un hermano, a un amigo, el que nos da la madre...? Hemos de desprendernos de ese “temor ancestral” a esta palabra, que quizá por ser la raíz de la humanidad, del afecto y de la pasión, ha sido relegada y cautiva.
Y acabo con unos versos del poeta peruano Federico Barreto. Un poema titulado, cómo no “El beso”.

El Beso

Con candoroso embeleso
y rebozando alegría,
me pides, morena mía,
que te diga... ¿Qué es un beso?
Un beso es el eco suave de un canto,
que más que canto
es un himno sacrosanto
que imitar no puede el ave.
Un beso es el dulce idioma
con que hablan dos corazones,
que mezclan sus impresiones
como las flores su aroma.
Un beso es... no seas loca...
¿Por qué me preguntas eso?
¡Junta tu boca a mi boca
y sabrás lo que es un beso!







jueves, 21 de enero de 2010

Felisa Moreno Ortega, finalista en el Certamen Microrrelatos Abogados del mes de enero



El sobre marrón

Felisa Moreno Ortega

(Seleccionada Certamen Microrrelatos de Abogados -enero 2010)
Anotó la fecha del último señalamiento y cerró la agenda. Levantó el pisapapeles con forma de cubo y cogió un sobre marrón. Sacó la foto de aquella mujer de ojos oscuros, que le miraban sin prisas, con la calma que imprime la muerte. Quizás ella sabía que iba a morir cuando le hicieron aquella instantánea. Hay gente muy perceptiva. No se sentía orgulloso por defender a su asesino, pero no quería dejarse amedrentar por la mirada acusadora que se había quedado impresa para siempre en aquella fotografía. Él no era un mago, no podía devolverle la vida ni recomponer los pedazos de su cuerpo. Por eso no se sintió culpable cuando consiguió la absolución de aquel hombre. Sólo persistía un pequeño problema, a pesar del tiempo transcurrido, más de seis meses; aún no había podido romper el sobre y arrojarlo a la papelera. Quizás cuando regresara de Europa…

sábado, 16 de enero de 2010

TALLER DE RELATO EN BENALMÁDENA



El día 20 de febrero (sábado), Ramón Alcaraz, profesor del taller literario “El Desván de la Memoria”, se va a desplazar desde Madrid para impartir un taller de relato en el Centro Municipal de Formación Permanente (Ovoide) de Arroyo de la Miel (Benalmádena).

El taller será en jornada matinal: de 9:30h a 14h. La Concejala de Educación e Igualdad, Remedios Herrero, abrirá el acto con la presentación a los medios de comunicación del Certamen Literario: Vigía de la Costa, y dará paso, a continuación, al comienzo del taller presencial.

Las plazas para inscribirte en este taller son limitadas y el precio total es de 20 euros (incluye diploma y dossier). Las personas interesadas en esta actividad literaria pueden pasar por la secretaría del citado edificio para formalizar su matrícula, en horario: de 15:00 a 21.30.
* * *
Taller de Relato en Benalmádena
Profesor: Ramón Alcaraz García (EL DESVÁN DE LA MEMORIA)
Día: 20 de febrero (sábado)
Horario: de 9:30h a 14:00h
Lugar: Centro Municipal de Formación Permanente (Ovoide)
Precio: 20 euros
Inscripción y matrícula: En el propio Centro (en horario de tarde: de 15h a 21:30h). Avda del Generalife, nº 6. Arroyo de la Miel (Benalmádena).
Tfno: 952 56 65 49
Número de plazas: 20
Si tienes alguna duda, puedes contactar con Mercedes Martín: mercemartin2000@yahoo.es
Te esperamos.

viernes, 15 de enero de 2010

María Isabel Peral del Valle ha sido finalista del Certamen Constantí "Historias de la Tierra"



Conducir al Paraíso

María Isabel Peral del Valle

(Finalista Certamen Constantí de relatos)

Aquella mañana amaneció despejada sobre la región de Hebei, al noreste de China. Un sol tímido templaba las llanuras áridas.

Shen, su mujer y su hijo viajaban desde su aldea a la ciudad. Les acompañaba Tiantang, el hermano de Shen, al que estaba muy unido. La familia tenía que realizar las compras para celebrar la Fiesta de Año Nuevo. Recorrieron el mercado con dificultad. Arrastrados por un río de gente, pasaban entre los puestos multicolores de verduras, de aletas secas de tiburón, de insectos. Después de horas de regateo compraron: tripas de ternera, ajos dulces, tofu, una víbora que nadaba en un recipiente de agua y el pescado FelicidadAl terminar cansados y contentos se detuvieron ante un hornillo encendido, donde en un perol freían grillos. Pidieron tres raciones para tomar. Shen aprovechó el momento de esparcimiento, para insistir a su hijo Yan-Shen en que debía de encontrar esposa para que les aliviara en las labores del campo. Los Shen tenían dos títulos sobre las tierras que cultivaban: en uno se adjudicaba la propiedad de la hacienda, al Estado; el otro título era el derecho de ocupación y explotación por 50 años. Sus antepasados no habían tenido nunca problemas en la renovación, pero con la ley de propiedad privada los campesinos podían comprar la granja al Gobierno.
El 23 de Enero la casa se preparaba para la celebración del Año Nuevo. Mientras la madre cocinaba, los dos hombres fijaban a ambos lados de la puerta postales y tiras de papel rojo con deseos de prosperidad. Al anochecer, llegaron el resto de familiares y amigos que como Shen tenían un solo descendiente varón: a todos les había afectado la ley del hijo único. A pesar de no manifestarlo públicamente todos los padres tenían las mismas interrogantes: ¿donde encontrarán esposas? ¿Cuándo formarán una familia?Shen y su mujer tuvieron una hija pero la abandonaron en un orfanato. Fue el fiel Tiantang quien se encargó de la triste misión. En estas fiestas siempre la recordaban: ¿qué sería de ella? Daba igual, tampoco estaría con ellos sentada a la mesa. Le habrían dado una dote. Hoy pertenecería a la familia del marido. Cuidaría a los suegros y ayudaría a otros en el cultivo de la tierra.Comenzaron a cenar, entre conversaciones cruzadas y risas dieron cuenta de todos los alimentos, menos del pescado Felicidad que presidía la mesa: así se aseguraban que el año próximo disfrutarían de sosiego. Animados por la comida y la bebida, se dispusieron a Velar la Víspera: esperar la entrada del Año Nuevo. Al dar las 12 tiraron cohetes, se desearon feliz 2006 y se intercambiaron regalos. Shen esa noche, como todos los años, miraría a los ojos de su hermano Tiantang y le entregaría unas monedas. Nunca hablarían sobre el destino de esas monedas ni harían referencia a ello, pero Shen soñaría esa noche con una hija sin rostro que sin embargo comía de un cuenco.
Aún sonaba el eco de las risas por la celebración de la Fiesta, cuando les llegó una notificación que cambiaría sus vidas: unos documentos en los que les comunicaban que su pequeña explotación agraria había sido comprada. Mas tarde supieron que el comprador era un chino enriquecido con la imitación de prendas de una marca europea.Dejaron las tierras y se trasladaron a la ciudad de X´ian: el padre encontró trabajo como limpia cristales en uno de los macro edificios que surgían como hongos alrededor del mausoleo de la dinastía Shi. No tenía contrato. No contaba con medios de seguridad: caminaba por el alfeizar sin tirantes de sujeción, procurando no resbalar ni mirar hacia abajo para evitar el vértigo. Su mujer ayudaba en un puesto de suvenir, en aquella feria en que se habían convertido las tumbas de los emperadores: vendía pequeñas reproducciones de los guerreros en terracota y también hierbas para la longevidad.Por su parte Yan-Shen intentó trabajar en una fábrica de ladrillos, gracias a la intercesión de Tiantang. No pudo ser: allí solo trabajaban niños que habían sido raptados y vendidos como esclavos. Sin otra salida acudió a las minas de carbón, donde nunca veía la luz y las condiciones laborales eran peor que las de su padre.

Aquella mañana amaneció borrascosa sobre la región de Shaanxi al noreste de China. La lluvia barría las llanuras áridas.
Yan-Shen dejó su capa pluvial de caucho a un compañero que temblaba por la fiebre. Al entrar en la mina los separaron; uno hacia el norte, el hijo hacia el sur: a una galería de un kilómetro de longitud a mil metros de profundidad. Hacía calor, mucho calor, porque la ventilación era deficiente; sin embargo nadie le concedía la menor importancia. Estaban todos acostumbrados a esa temperatura.Oprimieron el pulsador que puso en marcha la gran excavadora. Retumbó la tierra y la galería sur se llenó de polvo. Yan-Shen sintió que el suelo era el techo, esperó aprisionado pidiendo ayuda. La mayoría de los hombres que estaban en la galería no llegaron a enterarse de lo que ocurrió a continuación. Una formidable explosión estremeció las entrañas del mundo; el aire se incendió en el acto y un viento huracanado arrastró una gigantesca bola de fuego hacia la galería norte. Su cuerpo voló en mil pedazos.Cuando los padres fueron a reconocer el cadáver, entrevieron la familiar capa que se adhería a un cuerpo carbonizado. El entierro, mezcla de ritos budistas y taoístas, duró siete días. Tiantang por ser el de más edad, rezó la salmodia en mandarín: ‹‹adiós. Hasta dentro de siete años, en que se limpiarán tus huesos de podredumbre carnal y pasarás sin lacras al más allá››.
Los Shen no aplacaban la pena de haber perdido a su vástago, al contrario, se acrecentaba al pensar en la soledad que padecería en la tumba. Buscando remedio se dirigieron a una ‹‹Agencia Matrimonial para después de la Muerte››. Situada en un edificio moderno, donde les hicieron esperar frente a un grabado que representaba a Confucio, y a una foto de Mao She-Tun. Les entregaron unos folletos de propaganda en los que se podía leer: ‹‹ofrecemos variedad de regiones de origen y diversos apellidos de candidatas para acompañar al difunto a la otra vida […] Y así los dolientes podrán elegir la opción mas adecuada para los enamorados que han pasado a mejor vida››. El costo por registrar al fallecido era, al cambio, 6 euros. La comisión de la Agencia, en caso de encontrarles pareja: 200 euros. Además había que sumar la cantidad por el casamiento que comprendía un banquete con interminables brindis. Salieron tristes de la oficina: no tenían bastante dinero para el enlace de su hijo muerto.Tiantang les dijo que conocía a alguien que por un precio mas económico les podía resolver el problema, y se ofreció de intermediario. En el mayor sigilo convinieron la transacción. Shen no hizo preguntas sobre el origen del cuerpo que, amortajado con las galas nupciales de seda roja, les fue entregado a cambio de una cantidad equivalente a 350 euros. En la oscuridad de la noche, desplazaron la losa que cubría la sepultura del que creían su hijo y deslizaron en ella, sobre el manto pluvial, los restos de la desposada.

Aquella mañana amaneció glacial sobre la región de Shaanxi al noreste de China. La ventisca barría las llanuras áridas.

A los seis meses les llamó la policía. Después de muchas preguntas tuvieron que enfrentarse a la verdad. No podían creer lo que el comisario les decía: Tiantang llevaba años saqueando tumbas. Hacía su negocio en la región de Shaanxi, donde morían unos 13 jóvenes mineros al día. Últimamente había cambiado su profesión y se había convertido en asesino, porque le era más rentable vender cadáveres frescos. En el juicio declaró haber matado en un año a doce mujeres. Cuando le preguntaron su nombre dijo.− Mi nombre es Son-Tiantang: ‹‹Conducir al Paraíso›› y me siento orgulloso de haber hecho honor a él. Mi deseo es ayudar a las familias que quieren aliviar la soledad de sus muertos. Además… solo le quito la vida a las retrasadas mentales y a inmigrantes muy pobres. Las primeras tienen la cabeza hecha un lío y nunca se resisten demasiado. Unas y otras provienen de orfanatos, son muy desgraciadas y nadie las echa de menos. Y mirando a su hermano añadió− Ella estará ahora feliz con su hermano.
Blog de María Isabel:

jueves, 14 de enero de 2010

Carmen Andujar ha sido finalista del Certamen Constantí "Historias de la Tierra"




El cartel
Carmen Andújar Zorrilla
(Finalista Certamen Constantí de relatos)
—Es usted preciosa —le dijo un tipo a una señorita que tomaba café en la Rambla de Barcelona (concretamente el Café de la Ópera, enfrente justo del Liceo).
En esta época —1920— no se veía muy bien que una señorita estuviese sola en un bar; por eso Carmen decidió no contestar, pero el hombre insistió.
—Perdone, no es mi intención molestar, trabajo para la bebida Coca-cola, no sé si la ha oído usted.
—Sí, dicen que una señorita no debe probarla, porque contiene no sé qué sustancia.
—Bobadas, eso es la competencia; como no pueden hacer nada frente a nuestro éxito, nos intentan injuriar.
—Ya, bueno, ¿y yo, qué tengo que ver con eso?
—Sí me permite, se lo explico.

Aquel hombre —ni muy joven ni mayor, de una edad indefinida, podía rondar los treinta y cinco años; lucía el pelo engominado, con entradas que destapaban una frente despejada, bigote que se perfilaba por encima del labio, facciones angulosas que le hacían parecer mayor, camisa blanca y corbata negra, traje negro ajustado y zapatos negros resplandecientes— comenzó a comentar a aquella chica su misión.
—Mire, señorita, para promocionar su producto mi compañía se dedica a realizar una propaganda mediante carteles con personajes atractivos que tienen en su mano una botella de Coca-cola, o bien que se note que se sienten atraídos por ella. Hace un mes que estamos buscando una chica que dé un aire sensual a nuestra bebida y que se parezca a una de las divinas de nuestro cine: Rita Heimburg. Usted es la única que cumple esa condición.
La joven, mirando a aquel individuo con cara de incredulidad, le respondió:
—No me diga que en toda América no ha encontrado nadie que se parezca a esa Rita. Además yo no soy una cualquiera, ¿qué diría mi familia?
—Perdone si se ha sentido ofendida; pero no se preocupe, su familia puede estar presente en todo momento, nada más tendrá que posar un par de sesiones, por supuesto con un vestido —un poco llamativo, eso sí—, aunque no se le verá nada. ¡Ah!, y tendrá una buena recompensa, trescientas pesetas y además el verse inmortalizada por todo el mundo.
La joven se quedó pensativa, una pequeña arruga en la frente aumentaba su belleza, su cara rosada formaba un óvalo perfecto y su pelo moreno lleno de ondas hechas perfectamente al agua; sus labios pintados de rojo realzaban su sensual forma carnosa. Si aceptaba, seguro que su vida cambiaría; pero estaba completamente convencida de que sus padres no lo aceptarían. Una serie de imágenes aparecieron delante de ella, recorriendo países y países, homenajeada por todo el mundo. De pronto, una voz la despertó de su sueño.
—¡Señorita, señorita!
—Sí, sí, ¡ay¡, disculpe, estaba distraída.
—Bien, ¿qué decide?
—Acepto —-dijo con voz temblorosa.
—No se arrepentirá —contestó el tipo con una sonrisa pícara, sintiéndose triunfante en su misión.
—¿Y qué es lo que tengo que hacer?
—Tendrá que acompañarme a casa del cartelista. Quedamos mañana a las cuatro de la tarde aquí mismo.
El hombre se despidió. Y allí quedó la chica, con sus pensamientos e ilusiones ante lo que le esperaba. Volvió a su casa; bueno, en realidad a casa de sus padres. Unos padres algo mayores para tener una hija tan joven; pero la naturaleza fue caprichosa con ellos, cuando ya no esperaban nada de nada, la casa se llenó de risas con el nacimiento de Carmen. No disponían de gran cosa, y ella ganaba más bien poco con su trabajo de modista. Cuando veía aquellas revistas llenas de modelos tan bien vestidas, soñaba con parecerse a ellas; y tal vez ahora por fin había llegado el momento. Sus padres podrían disfrutar de una buena casa y vivir más desahogados.
Al día siguiente volvió al café, allí esperaba aquel hombre. Se dirigieron Ramblas abajo a la calle Puertaferrisa, donde se encontraba el taller del pintor. Subieron y subieron escaleras hasta llegar al ático, la luminosidad era impresionante. Un hombre de unos veinticinco años, con el pelo revuelto, les abrió la puerta. Éste se quedó embobado al ver aquella joven tan guapa. El hombre que acompañaba a Carmen lo sacó de su ensimismamiento.
—Peter, le presento a Carmen.
—Hoola, encantado —dijo con voz temblorosa.

Le enseñó el estudio, por fin le indicó dónde iba a posar y el vestido que luciría. Ella no se había imaginado que sería llamativo. Era rojo escarlata, ceñido y sin tirantes; quedaba al descubierto parte del pecho y los hombros. Además, en las manos debía ponerse unos guantes del mismo color. En un primer momento le entraron ganas de correr; los dos hombres, desde luego se dieron cuenta.
—¿Qué le pasa, Carmen? ¿No se querrá echar atrás?
—No, no me pasa nada —dijo Carmen con voz entrecortada.

Poco a poco, detrás de un biombo se quitó la ropa y empezó a colocarse el vestido rojo escarlata. Cuando acabó, agarró los guantes y con suavidad los fue introduciendo en sus dedos y los deslizó hasta el codo. Una vez acabado el protocolo, se dirigió al lugar donde posaba. Una cortina granate de fondo, ella sentada en un taburete de madera, la cabeza ligeramente ladeada y en su mano izquierda una botella de Coca-cola.
—Bien, señorita Carmen, lo hace usted muy bien. La cabeza un poco más hacía atrás y sonríe un poco.
Al principio se encontraba cómoda; pero tras un par de horas ya no podía más. Empezó a sentir un dolor de cuello horroroso y la sonrisa de la boca le iba desapareciendo. El pintor lo notó rápido y, dirigiéndose a ella, le comentó.
—¿Está cansada?
—Un poco, sí.
—Aguante un poco más, que casi acabamos.

Cuando acabó la tercera hora se dio por finalizada la sesión. Era un poco tarde, así es que cuando llegó a casa se tuvo que inventar una excusa para tranquilizar a sus padres; dudó que la creyeran. Le hicieron prometer que no volvería a venir tarde.
Al día siguiente volvió a su definitiva y última sesión. Igual que el día anterior, más segura de sí misma, se colocó el vestido, los guantes y se dispuso a posar. Hoy recibiría su recompensa y nunca más vería a aquellos tipos, y más después de las miradas que le dirigía aquel pintor de mala muerte. Llevaba media hora cuando comenzaron a llamar a la puerta. El pintor, sorprendido, decidió no contestar; pero aquellos golpes apenas imperceptibles se convirtieron en grandes porrazos, que no paraban de sonar. Por fin abrió la puerta. Una pareja de señores mayores le miraban con cara de malas pulgas.
—¿Dónde está nuestra hija?
—¿Quiénes son ustedes? No tienen derecho a entrar en mi casa, llamaré a la policía.
Carmen salió de la estancia y, roja de vergüenza, se tuvo que enfrentar con sus padres.
—Mamá, papá ¿Qué hacéis aquí?
—¿Y tú? ¿Esto era a lo que te dedicabas? Vístete ahora mismo, desvergonzada.
—-No es lo que os imagináis, dejad que os lo explique.
—No hay explicación que valga, coge tus cosas
—Pero..
No la dejaron acabar, casi arrastrándola se la llevaron de allí.
—Mamá, papá, me han de pagar.
—Que se queden con su sucio dinero, mi hija no cobra por esto.

Pobre Carmen, no iba a cumplir su sueño; porque eso era lo que había sido todo, un sueño. A partir de ese día la acompañaban al trabajo y no la dejaron sola un instante.Un día, de camino a su taller vieron una gran valla publicitaria; y... allí estaba, con aquel vestido rojo escarlata y la botella de Coca-cola en la mano. La madre de Carmen lanzó un grito horrorizada; pero la hija comenzó a reír con unas carcajadas que se oyeron por toda la manzana. Parte de su sueño se había cumplido, a partir de ese momento sería para siempre inmortal.
(La imagen es de un cuadro de Carmen Andújar Zorrilla)
Blog de la autora:

martes, 12 de enero de 2010

Regalo de Reyes en el blog de Mar Solana



Mar nos regala en primicia la grabación de mi intervención el pasado viernes en Radio Villalba, en la que hablamos de la novela "Ensayo sobre la ceguera", de José Saramago. Esta es la obra que comentaremos mañana (miércoles 13 de enero) en la tertulia literaria de la Biblioteca de Collado Villalba:

http://marsolana.blogspot.com/2010/01/los-reyes-magos-de-la-magica.html

¡¡¡Gracias!!!

lunes, 11 de enero de 2010

El Diletante. A voz en grito

La imposibilidad de escribir

La imposibilidad de escribir, de verter en papel blanco negras frases nuevas, capaces de transmitir un descubrimiento; de explicar un punto de vista radicalmente diferente a todo lo conocido; un complejo sentimiento, no estudiado hasta ahora; de narrar un maravilloso relato que quedara grabado eternamente en el subconsciente de la humanidad. Porque si no es para eso, no merece la pena escribir.
Legión de hombres y mujeres eyaculan o vomitan, diariamente, miles de palabras con el único afán de llenar su bolsa, de buscar notoriedad y gloria, o de ambas cosas; sólo un puñado lucha a muerte contra la imposibilidad de escribir y muy pocos de ellos salen victoriosos del combate.
Poetas sin inspiración, novelistas repitiendo una y mil veces las mismas historias, ensayistas irresponsables de neuronas resbaladizas destruyen la belleza del lenguaje como si de políticos, periodistas o internautas se tratase, que con su negligencia e ignorancia pisotean sin miramientos nuestro espléndido idioma.
Llevo años observando un abeto y todavía no me lo sé. ¿Cómo podré escribir sobre algo que desconozco? Únicamente el gran poeta aprehende el abeto en un acto de creación extrema. Y si debemos referirnos al ser humano, el asunto se complica algo más que con el árbol. Sería necesario crear nuevas palabras para designar conceptos originales creados por mentes lucidas. Sería necesario remontar el vuelo hasta convertirlo en una evolución de largo alcance; oh, pájaros de alas cortas.
Mientras tanto; continúe el espectáculo circense.

El Diletante


sábado, 9 de enero de 2010

Lola Sánchez Lázaro-Carrasco, finalista en el Certamen Microrrelatos Abogados mes de diciembre


Carrera infructuosa

Lola Sánchez Lázaro-Carrasco

Finalista Certamen Microrrelatos Abogados diciembre-2009

En una carrera feroz contra el tiempo, llegué a la estación. El tren partiría en breve, y con él mis esperanzas; la perdería, así como a su espléndida nómina, de cinco estrellas. Y no podría vivir sin ambas. Sucedió todo demasiado rápido. Me juró que no había terceras personas, que su tiempo lo absorbían los juzgados entre querellas, recursos, plazos y demás. Simplemente, ya no me amaba. No quería hacerme daño e insistió en recurrir al arbitraje de un juez. Y así me quedé, como vulgarmente se dice, en pañales. Y en tiempo récord, para que luego digan que la justicia es lenta. Ya en el andén, antes de subir al vagón vi como una figura masculina la cogía del talle con excesiva familiaridad... Le conocía, pero ¿dónde le había visto? Mis esperanzas naufragaron al reconocerle, ahora ya desprovisto de su toga.

jueves, 7 de enero de 2010

Nuevo encuentro en Ecocentro (MADRID) el sábado 9 de enero


El proximo 9 de Enero de 2010 a partir de las 18h, Carlos Villarrubia dirige y presenta un nuevo encuentro de creación afectiva: El Beso Que Te Adivina. Poetas, músicos, autores de todos los formatos, creadores plásticos, actores y actrices lanzarán susdescargas de imaginación con el hilo conductor de la palabra generativa de Carlos Villarrubia. Marisol Galdón, Ignacio del Valle, Ricardo Fernandez Moyano, Juan Carlos Valera, Cybil Durango, Montse Morata, Santiago Castillo, Juan Maquieria, Félix Ruiz de la Puerta, Ruben Ricca, Alejandra Menassa de Lucía, Jorge Pineda, Pedro Navarro, Cristina Ynfante, Vanessa Montfort, Federico Leyva, Ramón Alcaraz... serán algunos de los participantes en este carrusel creativo.
Será el 9 de Enero 2010 a las 18h. en Ecocentro (Madrid), C./Esquilache, 4 (Metro Ríos Rosas). Os esperamos para disfrutar de la concordia y la belleza del pensamiento emocionalmente activo.
El beso que te adivina es la luz que te conduce a sacar de ti lo mejor, a crecer en la mirada de quien verdaderamente te ama. El verdadero amor te quiere libre y como ser expansivo. Nunca admite murallas para el alma que respira. Es descubrir tu segunda piel, la que te eleva a la capacidad de ser decididamente afectivo, humedeciendo con licor de alegría los desiertos emocionales.

miércoles, 6 de enero de 2010

Entrevista a Ramón Alcaraz en Onda Cero



Los Reyes Magos han dejado en el Desván la entrevista que Antonio Giménez hizo a Ramón Alcaraz para Onda Cero Sagunto de Valencia.


Este es el enlace para que la podáis escuchar:



http://www.espaciopodcast.com/podcast/2069





¡¡Que paséis un buen día!!

lunes, 4 de enero de 2010

El Diletante. A voz en grito




Envueltos


En la Baja Sajonia germana, en la Rochelle francesa y en el territorio patrio comemos, comen (yo no, y no por falta de ganas, que me chiflan, sino por falta de arrestos pecuniarios), con verdadero deleite unos alevínes de anguila, que no suelen pesar más de un gramo, conocidos con el nombre de angulas.

Todavía en la piel de toro muchos golosos disfrutan de quesos pletóricos de mohos, como los de Cabrales, y desplazándonos siempre hacia el sol naciente, en Cerdeña se regodean con el Casu Marzu, un queso infectado de larvas vivas de insectos. Los gusanos translúcidos tienen hasta ocho centímetros de largo y pueden saltar hasta quince centímetros, por lo que es conveniente protegerse los ojos mientras se degusta el manjar.
En Irak disfrutan con el Pacha, la cabeza hervida de una oveja de la que en poco tiempo los comensales sólo dejan el hueso mondo y lirondo, y en Filipinas se festejan con los envueltos. Envuelto, en filipino balut, es un huevo de pato ya fertilizado, con su embrión dentro, que se cuece en agua y se mastica como si de un huevo duro se tratase. Este plato nacional suele acompañarse de cerveza y es supuestamente afrodisíaco. A los extranjeros no acaba de entusiasmarnos el encontrar en la boca uñas y protohuesos del nonato, pero el éxito del bocado entre los muchachos indígenas es extraordinario. Las prostitutas aseguran que el balut les confiere más alegría y mejores prestaciones en su trabajo. Envueltos, o descubiertos, los humanos no tenemos punto de desperdicio.
El Diletante

sábado, 2 de enero de 2010

José Manuel Aparicio ha sido semifinalista con dos relatos del certamen Fergutson de microrrelatos 2009


Relatos semifinalistas de José Manuel Aparicio en el Certamen Fergutson de Microrrelato:
Seres Perfectos

Apretaba las mandíbulas, gallardo, al mirarse al espejo cada mañana. Pelo engominado, camisa ajustada que remarca sus músculos, sonrisa blanca. Luego marcha al trabajo. Paso decidido, gafas de sol a la última. Se cruza con otros chulescos y se produce un encuentro de miradas puntiagudas como aceros, a ver quién es más duro e indestructible. Mascar de chicle enérgico, exagerado. Llega a un semáforo, rojo para peatones. Pasa sin mirar. Chirrido de frenos, chillido de transeúntes, chasquido de huesos, carne rasgada, zapatos volantes, chof de sangre que impregna las ruedas del camión. Después de todo, no era tan perfecto como él creía.

El amor de Juanito
Amaba la electricidad. Desde muy pequeño Juanito había jugado con linternas, radios, enchufes y todo aparato que se sirviese de ella para funcionar. Como no podía ser de otra manera se hizo electricista. Era muy bueno, capaz de repararlo todo. Pero un día tuvo que realizar el arreglo más difícil de su vida en un equipo realmente avanzado. Pasaron meses hasta lograrlo, y la factura resultó desorbitada. El cliente, montado en cólera, no quiso pagarle. Juanito, que era propenso a la ira, lo estranguló. Le detuvo la policía y el juicio fue rápido: “Pena de muerte”, sentenció el juez. La ejecución fue un año más tarde. Juanito había sido condenado a la silla eléctrica. ¿Quién se lo iba a decir? Hay amores que matan…

Blog de José Manuel: