Mi legado
Paola del Campo
El hombre tiene miles de planes para sí mismo, el azar tiene un solo plan para cada hombre
(DESCONOCIDO)
Ahora que sé que muero, empiezo a escribir mi legado en medio de la penumbra.
Recuerdo a mi abuelo, aquel hombre que me enseñó a vivir. Su lección más grande fue su muerte; con ella comprendí que así deben morir los hombres.
En esta carta no transmito mis bienes, propiedades ni dinero; objetos que ahora veo inútiles y que durante años he acumulado. Hoy, que he de partir, ya no me sirven. Esta carta es mi legado más importante: soy yo y lo que siento, soy yo y lo que pienso… Es mi alma, que será vuestra memoria.
Voy a dar un paso, mi muerte física; pero lo doy en armonía. Asumo que mi etapa humana se acaba, que he llegado a la última hoja, esa en la que solo se ve escrita la palabra "Fin". Sé que ello os hará navegar por mundos de sufrimiento, lágrimas a veces contenidas, silencios sin respuestas. Por eso os pido convertir mi recuerdo en una nostálgica sonrisa. No sufráis, mi barca puso rumbo a otro viaje en el que no existen las brújulas ni las cartas de navegación… Otro lugar donde la existencia, espero, sea más sencilla.
Os quiero, os quiero con todos mis sentidos y con toda la fuerza que nace de mí ser; habéis sido el motor de mi vida y seréis mi último pensamiento cuando la muerte me tienda su mano amiga.
Si en algún momento os hice daño… perdonadme; si llene vuestra vida de sinsabores, no fui consciente Os doy las gracias por vuestra lucha, por aguantarme, por ayudarme a ganar la batalla a esos demonios que querían gobernar mi pobre subsistencia.
… Soy feliz, ahora que todo se acaba, ya no lucho por permanecer en este mundo, sé que al final veré la luz.
Mi mejor legado es que saboreéis la vida, que comprendáis lo bello que es vivir, respirar aire puro, pasear por el campo, escuchar el canto de los pájaros, estrechar una mano amiga... Quiero que descubráis cómo huele la vida; ese día os daréis cuenta del hermoso regalo que es poder vivirla.
Sólo pido un último favor, no me enterréis, quiero ser incinerada. ¿Mis cenizas?… Mis cenizas esparcidas donde consideréis que podré ser libre. No me encerréis entre cuatro paredes; quiero volar, navegar al son del viento que me lleve y traiga a su capricho, que me meza en sus alas… Solo quiero ser un canto a la libertad.
No lloréis, yo ya no sufro. Mi alma vuela libre esperando el día prometido en que podamos de nuevo reunirnos. Mientras tanto, no tengáis prisa en encontraros conmigo.
No puedo dejar escritas diez cosas en mi testamento, mi legado es más sencillo:
Si eres hábil con el martillo "construye";
si eres feliz sobre las aguas: "pesca";
si la pluma es tu vocación ¡escribe!
Si…
Hagas lo que hagas, sé siempre el mejor en ello.
Un beso.
Entre luz y tinieblas, entre mi alma y mi corazón, ahí siempre estaréis vosotros...
***
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