Teresa Cameselle
(Finalista Certamen "Microrrelatos 1808" 2008)
No hablaba español, pero se lo dijo todo con una mirada. Cuando cerró la taberna seguía sentado en el rincón más oscuro, reflejando su desesperanza en una copa de cognac. Quiso echarlo y se vio frenada por aquella tristeza sin fondo que marcaba arrugas de anciano en su rostro lampiño. Lo abrazó con ternura maternal en el camastro del almacén, donde le dejó desahogar su miedo y su vergüenza.
Al amanecer le vio vestir su uniforme blanco y azul y marchar, la frente alta a pesar de todo. Aterida de frío y desconsuelo, maldijo aquel año del Señor de 1808.
Al amanecer le vio vestir su uniforme blanco y azul y marchar, la frente alta a pesar de todo. Aterida de frío y desconsuelo, maldijo aquel año del Señor de 1808.