sábado, 24 de enero de 2009

La vida de las cosas



La vida de las cosas
La palabra, prisionera de guerra
(Ramón Alcaraz)
Poco antes de iniciarse la Guerra de Vietnam, al final de la década de los cincuenta, el estado mayor de los Estados Juntitos emprendió deliberadamente una importante acción gubernamental, que se anticipó a la militar: asaltar el diccionario para secuestrar y someter a la palabra. Nació entonces la dictadura semántica de la neolengua. El Departamento de Guerra pasó a llamarse de "Defensa"; los bombardeos fueron "acciones de reacción protectora"; un campo de refugiados era "aldea de nueva vida"; la invasión, "incursión"; un ataque violento, "acción humanitaria" y las muertes de inocentes, "daños colaterales"...
Desde entonces, herida y desorientada, la palabra deambula sometida, sigue prisionera y aún se resiste a la manipulación. Pensadores, escritores, poetas, creadores y guerrilleros del arte luchan sin descanso para su completa y definitiva liberación.

17 comentarios:

XoseAntón dijo...

Sin duda, Ramón, la palabra se puede vestir o disfrazar con distintas ropas; pero allá en el fondo de su alma, la palabra continuará siendo, con su significado. Se pueden cerrar los ojos y tapar los oídos, sí; pero eso no aliviará las piedras del camino; si acaso ocultarlas un instante: falso alivio.

Moony-A media luz dijo...

Magnífico. Realmente magnífico.
Me has recordado a aquellos cuentos correctos donde los enanitos eran disminuidos verticales, con la salvedad que tus palabras secuestradas golpean el alma.

Un beso.

Serio Y. Pérez dijo...

Ramón, afortunadamente la palabra siempre ha sido un arma de doble filo. En esta dura guerra de liberación, que tú describes, también se combate con palabras.

Muy interesante tu texto. No sabía que la neolengua tenía un origen tan lejano. Un saludo

Felisa Moreno dijo...

Sí, las palabras siempren son utilizadas, unas veces para mal, otras, como en la literatura para bien. Enhorabuena por el relato, profe.

Teresa Cameselle dijo...

Y seguiremos luchando, Ramón, no hay cosa más falsa y tendenciosa que la escritura políticamente correcta.

Paco dijo...

Ramón ha sido "sublime"

Tu relato expresa perfectamente lo que para nosotros es tan importante. La correcta utilización de las palabras.

Pues haremos un frente común para liberar a nuestra amiga de la opresión a la que la tienen sometida...

Un abrazo
Sigo mi camino blogero del sábado por la noche....

Nancy dijo...

Si vieras por estos rumbos la de significados que tiene la palabra ¡Democracia!
Me encantó tu relato, lo saboreé.

Mon dijo...

La palabra, gran misterio y gran luz que el humano usa a su imagen y semejanza!!

Vine de paseo desde el blog de Mercedes, humilde te presento el mio. Pero me alegro de encontrar lecturas tan interesantes por el camino...

Nos leemos.

M.A dijo...

Qué buen texto, profe. El eufemismo protagonizando, encubriendo y enmascarando. Ya ves, hasta las palabras, si son demasiado sinceras, hay que retirarlas del mercado.

Menos mal que tenemos un profe de lujo que nos regala trocitos de esperanza como estos (también aplicables a las palabras):
"La selva es más fuerte que el elefante".
“Gente pequeña, en lugares pequeños, hace pequeñas cosas que cambiarán el mundo”.

Muchas gracias por colaborar en la propuesta, profe. Un beso de sábado literario.

Angel Proletario dijo...

Sin duda que la palabra ha sido tergiversada en todos estos años, menos mal que existimos los guerrilleros del arte para defenderla de tanta ignominia semantica!!!

Un abraso...me gusto muchisimo compañero!!!

Mon dijo...

Vango de regreso a agradecerte el comentario. La verdad es que es la primera vez que escribo siguiendo un pequeño orden establecido por una idea inicial. Siempre he ido a mi aire sobre mi intento de escribir. Soy una aprendiz individual y creo que unirme a un grupo de taller podria centrarme mucho en mi formula , destacar mi intención y eliminar errores.

No me vendria mal un buen guión! Una estructura...

Asi que... quizás Mercedes mas que una idea me ha propuesto un camino.

Nos leemos!

Mon

ALIX dijo...

Esperaremos ese día...

Saludos Ramon y gracias por todo.

Buen espacio Felicidades.

Celia Álvarez Fresno dijo...

Hola Ramón.
El profe, es un Profe, así, con mayúsculas...
Y las letras bailan a tu lado, y se instalan en el folio, con sumo cuidado. Con prestancia y señorío. Como debe ser.

Ardilla Roja dijo...

Acabo de leer el reto que me has lanzado en el blog de Teresa Cameselle y me veo tan pequeña a vuestro lado, que me dais casi miedo.

Pero si, voy a recoger el guante y si el trabajo no me agobia demasiado, el próximo sábado intentaré participar en el proyecto 'la vida de las cosas'.

Un saludo :)

CARMEN ANDÚJAR dijo...

La verdad es que el sentido de las palabras ha cambiado bastante, y se piensa que utilizando otras palabras podremos cambiar la realidad; pero la gente no es tonta y no se le engaña así como así, aunque algunos lo intentes.
Un beso

Amig@mi@ dijo...

Qué bueno, yo también acabo de terminar mi pequeña aportación que publicaré en breve...
Me gustó tu encriptado modo de definir tanto término...
Un abrazo

Lourdes Noguero Jiménez. dijo...

Hola Ramón.
Si la palabra tuviera alas, no quedaría tanta tinta roja en el recuerdo de una guerra. Volarian todas a la otra que por más que se pronuncia, tampoco vuela : la paz.

Muy bonito tu texto.

Con cariño, Lou.