Suicida
Rubén Gozalo
Aquel tipo se iba a suicidar. Subió las escaleras del portal, abrió la puerta que daba acceso a la azotea y se sentó junto a la cornisa. Era de noche. A lo lejos se veía el mar de luces de la ciudad. Miró hacia abajo y no vio a nadie en las calles. Incrédulo, se puso a gritar:
—¡Que me tiro! —soltó.
El eco proyectó con más fuerza si cabe sus palabras. Aun así, no hubo respuesta a su alarido. Volvió a repetir su ritual tres veces más. Hasta que una voz de un edificio próximo reverberó en la noche.
—¡Pues tírate de una puta vez y deja dormir a los vecinos!
El suicida abrió la puerta de acceso a la azotea, bajó las escaleras y salió del portal. En su mente rondaba una idea. No tenía gracia saltar; al menos, sin público.
—¡Que me tiro! —soltó.
El eco proyectó con más fuerza si cabe sus palabras. Aun así, no hubo respuesta a su alarido. Volvió a repetir su ritual tres veces más. Hasta que una voz de un edificio próximo reverberó en la noche.
—¡Pues tírate de una puta vez y deja dormir a los vecinos!
El suicida abrió la puerta de acceso a la azotea, bajó las escaleras y salió del portal. En su mente rondaba una idea. No tenía gracia saltar; al menos, sin público.
4 comentarios:
jajaja Claro.
Mi enhorabuena a Rubén Gozalo.
¡Muy bueno, Rubén! ¡Qué ganas de que salga ya el libro...!
Lo que me he reído, muy bueno....
Saludos.
Muy bueno
Enhorabuena Rubén
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