Yolanda Sáenz de Tejada (Finalista Certamen Pompas de Papel 2005)
Aquel asesino siempre escapaba…
Era un anochecer de invierno sombrío. El cuerpo de la chica se escondía
entre las hojas húmedas y castañas. La muerte atenazaba su piel desnuda
y la policía volvió a llegar tarde.
Fue la mañana siguiente del invierno descarado y de la muerta desnuda
cuando detuvieron a aquel hombre en el restaurante. Ni un asombro
en sus manos manchadas de aceite, ni una huella en su sonrisa torcida.
Nada, pero aquel asesino había sido descubierto.
Debería de haber cerrado los ojos de su última víctima.
En ellos estaba perfectamente impresa su cara…
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