Hacerse el muerto
Felisa Moreno Ortega
Me gusta hacerme el muerto. Cruzar los brazos sobre el pecho y poner una pierna sobre otra, quedarme quieto, inmóvil. Acompasar los latidos de mi corazón a una respiración lenta y tenue. Imagino lo que harían los dos si me descubrieran en este preciso instante, cesarían en la pelea, me mirarían atónitos y pensarían, ya está, se ha muerto el viejo. Ella dejaría escapar una lágrima hipócrita, él me acercaría un espejo a la boca para asegurarse de que mis pulmones ya no respiran, mi sobrino siempre ha sido muy práctico. Después organizarían el entierro, el más barato, un ataúd de pino y una corona de margaritas blancas. Me gusta pasarme por la funeraria de vez en cuando y mirar el precio de los funerales de saldo. Pero lo que más me gusta, con lo que más disfruto, es cuando imagino sus caras de comadrejas leyendo el testamento, no saben que he cambiado el que firmé delante de ellos, donde les cedía todos mis bienes a cambio de que me cuidaran el resto de mi vida. De eso hace más de veinte años y todavía, a pesar de mi postura, no me he muerto…, ni tengo intención de hacerlo.
Blog de Felisa: http://felisamorenoortega.blogspot.com/
2 comentarios:
genial... me encanta
Me suena este relato, Felisa. Y me encanta.
Nuestro segundo libro juntas, qué ilusión.
Un beso.
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